Fortaleza ante la dificultad

Adriana Marín Martín: Fortaleza ante la dificultad

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La valentía no es el roble majestuoso que ve ir y venir la tormenta, es el frágil retoño de una flor que se abre a la nieve Alice Mackenzie

Me gusta practicar la jardinería, disfruto ver crecer las plantas, apreciar sus colores, olores y texturas. Los momentos que dedico para sembrar, regar, podar y elegir alguna nueva especie, se han vuelto una terapia de relajación que no cambiaría por nada. 

Aunque suene un poco tonto he comprendido muchas cosas de la vida mientras estoy en el jardín, es sorprendente ver como una simple semilla llega a convertirse en algo tan hermoso que incluso puede dar fruto. 

Hubo una vez que me llamó la atención una plantita que solo tenía un par de hojas y cabía en la palma de mi mano, se encontraba en el piso del estacionamiento que ocupaba todos los días. No tenía maceta, creció en una ranura de la superficie de cemento, era visible que los autos le pasaban por encima en muchas ocasiones, y eso me preocupó. 

Siempre andaba de prisa, pero no podía evitar cada vez que llegaba observar si la pequeña planta estaba todavía en el piso, y allí seguía, siempre verde, muy viva. Pasé varios días reflexionando acerca de su fortaleza, de su empeño por existir, nadie la regaba, pero ella como podía se abría paso para continuar, seguramente la habrían atropellado, pero eso no había sido suficiente, ella persistía. Eso me hizo tomarle un cierto cariño, así que pedí permiso al encargado del estacionamiento para llevármela a mi hogar. La sembré, la regué, le puse buena tierra y ella respondió bien, ha crecido mucho, y luce hermosa. 

Creo que todas las personas deberíamos, al igual que esa planta, encontrar la valentía en nuestro interior, esa que nos ayuda a perseverar a pesar de las dificultades. Debemos fomentar esa fortaleza que permite que frente a los problemas, adversidades y situaciones complicadas nos abramos paso como la rama en la ranura de cemento. 

“Lo adverso muchas veces te enseña cosas que jamás hubieras aprendido encerrado en un búnker. Lo que se opone no necesariamente es destructivo, te hará pensar en cosas nuevas, te enseñará facetas tuyas que no conocías y te bajará los humos”, así dice Walter Riso en una de las páginas de su último libro “Más fuerte que la adversidad”, el cual escribió y publicó en plena pandemia. 

Me ilusiona pensar que la planta del estacionamiento llegó para darme una lección de vida, para recordarme cada vez que la veo en el jardín que todo sacrificio vale la pena, que las dificultades nos hacen más tenaces ante los embates de la vida y que ser valiente no significa la ausencia de miedo. 

De las enseñanzas escritas por Riso en su libro me quedo con la idea de que la adversidad, el sufrimiento y la incertidumbre pueden hacernos mucho más resistentes si lo sabemos procesar.

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