Vivir en atención plena
Adriana Marín Martín: Vivir en atención plena
Recuerdo un día que fui a que me corten el cabello y mientras me retocaba las capas el estilista me platicó muy emocionado que aunque mucha gente lo considere loco él ama disfrutar cada momento de la vida al máximo.
Al principio me pareció una simple conversación de rutina en una sala de belleza, lo único que hice fue responder, con gestos, que estaba de acuerdo con todo lo que me comentaba. Pero conforme la plática fue avanzando pude sentir que la intensidad con la que describía cada momento y el modo en el que ofrecía detalles de su diario vivir acaparaba mi atención de una manera especial.
Miré el brillo en sus ojos cuando me explicaba lo emocionante que le parecían los fines de semana a lado de su pareja, escuché y pude sentir la alegría que le generaba la buena música, la rica comida, sus momentos con amigos y la armonía familiar.
Observé sus ademanes a través del espejo, era una persona plena, feliz, realizada y su vibra era tan positiva en ese momento que no me hubiera importado que continúe cortando unas capas más de cabello. Esa energía me resultó contagiosa, que luego de que me cepilló y planchó el cabello me retiré del lugar con una mejor actitud, con ganas de disfrutar un poco más la vida.
Esa noche no pude evitar analizar el comportamiento tan positivo y conveniente del joven estilista, recordé una a una sus frases, traje a mi mente sus descripciones, los ademanes, la manera en que describió una sonrisa, una carta y un postre. Era evidente que él vivía una vida basada en la atención plena.
No hace falta tener un grado académico muy alto, tampoco hay que ser una persona influyente o poseer el mejor puesto laboral, para un individuo que vive una vida en consciencia cada momento, circunstancia, situación, cosa o persona adquiere un valor diferente.
Vivir en atención plena brinda muchos beneficios, innumerables desde mi punto de vista, el principal es un sentimiento absoluto de auténtica paz, una mejor concentración, felicidad y menos estrés. Creo que todos deberían intentarlo, tal vez las escuelas y los sistemas educativos deberían incluir en sus programas rutinas de este tipo. Un método parecido encontré en el libro del Dr. Mario Puig, se llama “365 ideas para una vida plena” y ofrece una reflexión diaria para lograr una vida plena.
He comprendido que es preciso centrar la atención en el presente, enfocarte en el aquí y el ahora. Si estás, por ejemplo, en una playa cerca del mar, se trata de involucrar todos tus sentidos en ese momento, mirar todo lo que sucede, lo que hay, lo que tienes de frente. Escuchar las olas y el sonido que emiten las gaviotas. Tocar la arena, sentir la textura de las conchas, respirar profundamente y disfrutar la brisa.
Creo que vivir en atención plena es evitar el famoso piloto automático, tratar de ser consciente de lo que sucede en el presente, tanto en tu interior, como a tu alrededor. Apreciar y valorar lo que significa en esencia existir.