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Estoy completamente convencida de que en esta vida nada sucede por casualidad, aunque tal vez muchos no compartan mi idea, creo fielmente en el destino, me late mucho una frase que leí hace un tiempo que dice: “No existen las coincidencias, nosotros caminamos cada día hacia lugares y personas que nos esperan desde siempre”. La primera vez que me encontré estas palabras me llegaron tanto que por mucho tiempo las mantuve en mi mente, eran como la música de fondo de mi día a día.

Pero la expresión se fue desdibujando poco a poco, aunque no de mi corazón y esta semana, luego de un buen rato de no recordarla, hizo eco en mi memoria a largo plazo, mientras hojeaba el libro que elegí como compañero semanal.

Y no fue solo porque sí y ya, la frase decidió reincorporarse a mi vida, salió del baúl de recuerdos, posicionándose nuevamente como la música de fondo de mi día a día, porque al leer las primeras páginas del ejemplar me di cuenta de lo relacionado que estaba con el que terminé recientemente, justo escribí sobre él en la columna pasada.

Entonces de inmediato me sacudió la sensación de que tenía ese libro entre las manos porque así tuvo que ser, que el anterior me preparó para que la lectura del más reciente me transmita un encargo, no por casualidad, ni por coincidencia, simplemente porque así tenía que ser.

La semana pasada me dejé envolver por las páginas de “Autoestima automática”, de la psicóloga Silvia Congost; y en esta ocasión fue Walter Riso quien llamó a mi puerta con su última entrega “Atrévete a ser quien eres”.

Ambos autores me susurraron a la mente, enviando mensajes en forma de letras, recordándome la importancia de amar nuestra individualidad, aunque eso represente no gustar a los demás. Me sentí comprometida a prestar especial atención a la enseñanza que la vida me está mostrando de manera insistente.

Somos seres afortunados, estamos dotados de razón, algo que nos permite elegir y decidir nuestra identidad. De Congost aprendí la semana pasada la importancia de desarrollar el potencial personal, no sin antes reforzar nuestra autoestima y recuperar al individuo que en realidad y de manera original somos.

Y ahora, de Riso recibo una propuesta, misma que va como título de su libro “Atrévete a ser quien eres”, además le puso una posdata: aunque no gustes…

Es este un llamado a vivir, a permitirnos ser, a soltar el qué dirán y no temer a lo que otros opinan, está claro que jamás hay que dejar de respetar los derechos ajenos y que el camino hacia nuestra libertad no debe dañar a otros.

Es probable que a muchos no les parezca, es posible que en el trayecto se pierdan unos cuantos que se creían amigos, pero al final terminarás por encontrarte a ti mismo y te darás la oportunidad de ser verdaderamente tú. Para finalizar va el mensaje de Riso que he escrito en la agenda como consejo: “No permitas que te aplasten las mentes rígidas y conformistas, ábrete a lo nuevo y reinvéntate como mejor te parezca”.

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