Efectos del confinamiento
El poder de la pluma
La fuerte medida para que los ciudadanos se mantuvieran en confinamiento domiciliario dejará, sin duda alguna, muchos transtornos en la vida familiar, especialmente en personas de edad avanzada y niños, debido a su baja capacidad para manejar sus emociones al sentirse aislados de su entorno social. Las primeras observaciones respecto a las consecuencias psicológicas al ser sometido a confinamiento por varias semanas revelaron que sufren de estrés, ansiedad, miedo, angustia, problemas para dormir y síntomas depresivos, además del abrupto cambio de la rutina diaria. Los padres de familia son otro grupo afectado por la emergencia sanitaria y la incertidumbre sobre aspectos como el laboral, el económico, la seguridad social y sobre todo hacerse cargo de la educación de sus hijos. Quienes, por alguna razón o motivo, deben continuar con sus labores diarias resentirán en menor escala las consecuencias del aislamiento, pero padecerán un fuerte estrés por el miedo a ser contagiados.
Para reducir los efectos negativos, debemos considerar que la cuarentena o el confinamiento es solo físico, pero no tiene que ser también mental; debemos aprovechar las tecnologías para seguir manteniendo los lazos sociales y estar abiertos hacia el mundo exterior. Dejemos salir a los niños a la calle, debidamente protegidos ante el estado de alarma por el coronavirus, no es correcto aislarlos por completo, necesitan un espacio para relajarse y así paliar el estrés del encierro domiciliario impuesto por la autoridad como nueva norma social.
El trabajo en familia es la mejor receta para estos tiempos de crisis, tomen decisiones sobre el desempeño y las responsabiliades de cada integrante, pueden comenzar escribiendo una lista de cosas pendientes en el hogar y en lo laboral, priorizalas en orden de importancia y realizarlas; en lo individual puedes hacer una lista de actividades pendientes en distintos ámbitos de tu vida, los priorizas y los comienzas a realizar. Es importante establecer un horario para la programación de las actividades. No olviden ejercitarse, establezcan una rutina de ejercicios físicos o actividades para realizar en familia, consideren también una o dos sesiones de relajación y respiración. Dediquen tiempo para conversar y compartir con algún familiar o amigo, utilizando los medios electrónicos. Estén atentos a la información que se da sobre la contingencia, eviten tener y transmitir ideas catastróficas o negativas de la situación mundial actual y de su situación personal, tengan prudencia con las noticias y comentarios que oyen, amplíen su mirada a toda la realidad, no solo lo negativo y compártanlas con los niños. Aprovechen leer, estudiar, orar, reflexionar, escribir o investigar en algunos temas que sean de su agrado; desarrollen su pasatiempo preferido, vean alguna película, deportes o compartan algún juego con sus seres queridos. No se olviden de la casa, manténganla limpia y organizada. A trabajar se ha dicho, que no son vacaciones, cuídense mucho.