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A dos días de que arranque la fase intensiva del Consejo Técnico Escolar, donde se abordarán las nuevas orientaciones pedagógicas para la organización del próximo ciclo escolar 2020-2021, es necesario reconsiderar la función de la escuela con su trabajo presencial en el aula, ya que la peor consecuencia de la pandemia fue el cierre de los planteles educativos. En nuestro país, por las características de la población, la escuela es un igualador social, es el único lugar donde todos los niños reciben el mismo trato, lejos de la situación personal que cada uno tiene en casa, conocen otras formas de pensar, de actuar y hasta de andar, se les inculca el concepto de responsabilidad social. A la escuela se le puede considerar la gran “fábrica social” que pretende cambiar y terminar con las injusticias y desigualdades entre los mexicanos, pues con el cierre de colegios, estas diferencias fueron más evidentes.

Aprobar a casi todos los estudiantes para evitar que perdieran un año de estudios y no estigmatizarlos plantea a los maestros el reto de redoblar sus esfuerzos y analizar cómo pueden los discípulos con menos recursos en casa seguir aprendiendo. El ya pospuesto curso remedial pretende atender a una mayoría de alumnos que no asimilaron bien los conocimientos del grado anterior y se espera que para cuando inicien ya las clases presenciales los maestros se encuentren con un ambiente diverso en el aula. Habrá escolares que regresen entusiasmados, con muchos aprendizajes online que les habrán enriquecido, gracias al apoyo de sus familias. Una mayoría llegarán desmotivados y ese es el reto: aumentar el refuerzo escolar para esos niños.

La caída del aprendizaje fue dramática, y los maestros necesitan encontrar fórmulas para mitigarlo: estudiar más horas, que la familia se involucre más… No hay una respuesta clara, lo único cierto es que el futuro del país depende de la educación. Los profesores deben involucrarse en el uso de la tecnología, no es suficiente con enviar mensajes, sino que debemos contactarlos diariamente para tener claras sus necesidades, poniendo mucha atención a los estudiantes sin posibilidad de acceder a Internet pero que sí cuentan con libros de texto.

Como maestro, no puedes resolver los problemas tú solo, sino en equipo, involucrar a todos los compañeros de la escuela; es triste reconocerlo, pero la mayoría trabajó de manera aislada; hay que fomentar la cultura colaborativa y no estar esperando instrucciones de los directivos, sino tomar la responsabilidad de la situación y poner en marcha medidas innovadoras. La enseñanza online va a ser crucial en el futuro de la enseñanza, los docentes deberían esforzarse más en el uso de herramientas digitales, involucrarse en la solución de forma activa. Tendrán que escudriñar más, detectar la necesidad de cada alumno y diseñar nuevas formas de aprendizaje para encajar los diferentes contextos personales. El futuro del país depende de cómo se gestione esta crisis educativa.

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