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El anuncio del gobernador, Enrique Alfaro Ramírez, sobre un posible retorno a las aulas el próximo 25 de enero en Jalisco, también la declaración del secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, sobre el mismo tema del regreso a las actividades presenciales en la escuela, han despertado mucho debate y confrontación social cuando el índice de contagios por Covid-19 se ha disparado en muchos estados del país. El principal argumento utilizado para el retorno a la presencialidad es la salud emocional de los estudiantes y el bajo aprendizaje registrado con la educación a distancia, sin embargo, se han ignorado otros aspectos, como el alto índice de maestros fallecidos en Jalisco que supera al número del personal médico que ha muerto a causa del coronavirus y el creciente número de contagios entre la población infantil y juvenil, pese a que no hay clases presenciales.

Aun sin ir a clases presenciales los maestros están en un ambiente de alto riesgo, incluso comparable con los que han estado en la primera línea de contacto con los enfermos de Covid-19. En el caso de Jalisco, el regreso a clases presenciales está previsto para el próximo lunes 25 de enero y será optativo, es decir, a nadie se le obligará a regresar a las aulas, serán los padres de familia quienes decidan si quieren enviar a sus hijos a la escuela o dejarlos en casa para que sigan su aprendizaje a distancia. Para los maestros, el regreso a clases presenciales la mesa de salud y la representación de las secciones 47 y 16 del SNTE serán quienes acordarán si es posible.

Urgido por la presión social, el titular de la Secretaría de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, se pronunció en los mismos términos sobre un regreso de manera voluntaria en aquellos estados que estén en semáforo amarillo, con el fin de realizar actividades presenciales de asesoría pedagógica y socioemocional a través de Centros Comunitarios de Aprendizaje (CCA), esto para preparar un retorno gradual y seguro de los estudiantes a las escuelas. Todo esto será implementado de manera voluntaria, ya que no es la reapertura oficial de las escuelas.

Respecto a los Estados de Chiapas, Campeche y Veracruz, que hoy están en semáforo verde, deberán iniciar clases presenciales a partir del próximo mes de enero, una decisión que tomarán sus autoridades locales, siguiendo las nueve medidas establecidas por las autoridades sanitarias y educativas federales. En caso de que se apruebe el regreso a clases presenciales, se pedirá a los padres de familia que redacten una carta responsiva en la cual manifiesten que, bajo su propia responsabilidad, tienen interés en que sus hijos retornen a la escuela de manera presencial; se plantean sesiones de 45 minutos siguiendo las medidas sanitarias. Cuando se reporte algún contagio, el centro comunitario de aprendizaje suspenderá sus actividades. Sin una vacuna para sus hijos, los padres tendrán la última palabra.

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