Reabrir o no las escuelas (y II)
El poder de la pluma
Continuando con el análisis sobre reabrir o no las escuelas, tenemos que, en varios países, ya los alumnos han regresado al aula con adecuadas medidas sanitarias y de seguridad ante el posible contagio, esto por parte de colegios que cuentan con suficiente espacio para el distanciamiento, agua corriente, jabón y desinfectantes; sin embargo, en México, la situación es muy distinta, entreabrir los centros educativos debe ser de manera cauta y gradual y solamente en aquellas comunidades donde existan las condiciones sanitarias bajo control.
Sería un absurdo considerar esta medida en aquellos estados con semáforos rojo o naranja que muestran un descontrol de la pandemia, ya que, por más protocolos o escalonamientos en los aforos, la composición urbana y de movilidad de las grandes ciudades impide garantizar espacios seguros contra contagios. Mantener las escuelas cerradas no impide trabajar con los procesos de recuperación o sostenimiento de aquellos alumnos que más lo necesitan, los maestros se han puesto las pilas para fortalecer el aprendizaje a distancia.
No es prudente la reapertura simultánea y total de colegios, más bien, se considera que con medidas sanitarias oportunas es posible emprender acciones focalizadas, como la atención a estudiantes en riesgo de abandono o rezago escolar a través de un proceso de tutoría personalizada para aquellos alumnos con mayor vulnerabilidad sociocultural y de menor rendimiento académico. Ante el caos del proceso educativo, la idea es recuperar cinco o siete estudiantes por grupo para restablecer su aprendizaje escolar y estabilidad emocional. Programar jornadas de tres horas, en tres días a la semana, ayudaría a mitigar la deserción escolar sobre todo en niños con alguna necesidad educativa especial que desafortunadamente ha sido poco atendida durante este largo confinamiento.
Compararnos con países como Finlandia no ayuda a encontrar respuestas a nuestros problemas en educación, son tan grandes las diferencias económicas y culturales que lo único que acentuamos es el sentimiento inútil de nuestra incapacidad para resolver el problema educativo. Veamos cómo está el panorama mundial: 26 de los 29 países europeos que sufren la segunda ola de la pandemia concluyeron que las escuelas cerradas afectan el desarrollo emocional de los alumnos y se decidieron por aperturas seguras. En países latinoamericanos, Uruguay, Nicaragua y Surinam se encuentran con aulas totalmente abiertas; Brasil, Argentina, Chile y Colombia lo hacen parcialmente, en tanto México, junto con otros 17 países, continúa con aulas cerradas. Una opción viable para la reapertura de escuelas es casi impensable. Según los datos oficiales publicados en la página coronavirus.gob.mx se muestra la tabla del Histograma de Casos Confirmados Nacional, en la cual se aprecia claramente el dato de niños y adolescentes con rangos de edad que varían entre menores de un año hasta los 19, en total, todos ellos se aproximan a los 100 mil casos de menores de 19 años. Reabrir o no, difícil decisión.