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AMLO tenía que ganar, el PRI, con su desprestigio y malos resultados económicos, arrastró a Meade. Anaya venía de un partido fragmentado y en alianza sin ideología similar y que convenció a pocos.

Localmente la decisión fue más difícil, entre la aprobación de ambos gobiernos, estatal y municipal, los candidatos buenos y el efecto AMLO. Mucha gente votó por senadores y diputados de Morena sin haberlos visto nunca.

Entre los empresarios y las clases conservadoras era lógico que AMLO no fuera el candidato preferido, pues era el de la izquierda y coqueteaba con temas controvertibles como legalizar la marihuana y el aborto. Pero ni el miedo ni los temas difíciles fueron suficientes ante el ánimo del cambio; el gasolinazo, la reforma fiscal y los escándalos de corrupción ganaron en las urnas.

El cambio que esperamos no es solamente del Ejecutivo sino también de los otros poderes, especialmente el Judicial, ya que un país desarrollado no es el que más recursos tiene sino el que mejor aplica la ley; también espero una sociedad civil más crítica y propositiva, menos servil y silenciosa. Las instituciones que no hagan contrapeso al poder, como los medios de comunicación, los poderes Legislativo y Judicial, van a ser terreno ganado por el Ejecutivo.

En Yucatán tenemos políticos valiosos del PRI, como Felipe Cervera y Jorge Esquivel, o del PAN, como Juan Carlos Rosel y Raúl Arceo, o de Morena, como Rogerio Castro y Fernando Xacur, y han demostrado ser de valía.

Me atemoriza que AMLO diga que la economía es lo que menos le preocupa, sé bien que la justicia en la asignación del gasto social y el ajuste a las prioridades de las obras públicas van a ser atendidas, pero las pymes se desarrollan en un mercado secuestrado por ley y con una coyuntura que las condena a la extinción; a las industrias les pusieron permisos de importación que solo las grandes trasnacionales cumplen, a las financieras pequeñas las ahogaron con regulaciones y multas, a los agricultores les metieron importaciones subsidiadas de origen y los pequeños comerciantes lidian con competencia bien invertida con proveedurías mundiales a precios bajos y que al mismo tiempo otorgan crédito a sus clientes, el TLC lleva 20 años y no mejoró el ingreso familiar, México es el país con menor desempleo pero el más desigual de la región.

La economía familiar debe ser prioridad, el tema no debe ser el crecimiento del PIB sino quién crece, no deber ser el empleo sino los bajos salarios, no deben ser mayores ingresos públicos sino distribuirlos en la geografía del país.

AMLO ganó, si no te lo puede explicar tu banquero, pregúntale a tu secretaria.

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