La intención de esta columna es promover la cultura y provocar opinión sobre el estado de la economía regional; los generadores de riqueza y empleo más importantes son los empresarios, el papel del gobierno es invertir en lo que los empresarios solos no pueden, como carreteras, aeropuertos y puertos, pero, hasta en eso, ya ha sabido integrar a la inversión privada. Cuando hago observaciones al gobierno no es con el fin de elogiar o fustigar, sino para desarrollar nuevos enfoques que conlleven más desarrollo económico que a fin de cuentas es lo que impacta en la calidad de vida de la sociedad.

El papel del gobierno como promotor de creación de empresas se limita a conducir sus finanzas con orden, ya que de lo contrario afecta a las tasas de interés y el dólar, también dispersar y no concentrar las compras federales, facilitar trámites y hacer un marco fiscal fácil y justo.

El pleito con López Obrador nace de una vieja disputa de unos macro empresarios que en la anterior elección financiaron su postura mediante una campaña: “AMLO es un peligro para México”, cuyo financiamiento era legal en ese tiempo y hoy no lo es; el desplegado reciente donde casi todas las cámaras empresariales demandaron un diálogo de respeto demuestra que se sintieron aludidos, pero ese pleito es viejo.

En su aparición en Tercer Grado por el mismo tema, López Dóriga le comentó que había un empresario que dijo que no tenía contratos con el gobierno y entonces estaba libre de corrupción y AMLO no dijo nada, es aquí el reclamo de mi postura.

El 95% de los empleos son en pymes y para que se desarrollen no necesitan contratos con el gobierno, necesitan permisos ágiles de importación de Cofrepris o de exportación de la Secretaría de Economía, laboratorios de Profeco locales para que mientras se evalúan sus productos no congelan su mercancía, se necesita que vuelvan a desregular las sofomes a las que ahorcaron con nuevos pagos y permisos, necesitamos más bancos locales. Necesitamos desregular, desconcentrar, desamarrar a las pymes.

Los empresarios son el elemento de transformación social más efectivo, el talento personal y la ambición de ser más y lograrlo tiene un costo, se llama impuestos; en la medida que haya más, habrá más riqueza económica y social; en lugar de denostar a unos empresarios se deben empezar a definir los problemas a vencer y eso debe ser la prioridad de todos los candidatos.