Lustro. Ayer domingo 16 celebramos, conmemoramos y festejamos: se cumplieron cinco años de la publicación de El poder de la pluma, un proyecto editorial nacido de las inquietudes de un grupo que encabezaron Luis Correa Mena, Carlos Sobrino Sierra y Efrén Maldonado. En este lustro, El poder de la pluma se ha consolidado como una abierta, plural y enjundiosa sección de opinión, gracias a que Grupo Sipse, el consorcio de medios más importante del Sureste, le ha dado el apoyo incondicional que un proyecto así necesita. Es día de agradecer a Sipse, a todos y cada uno de quienes escriben en estas páginas, pero sobre todo a quienes nos atienden y con sus criticas, opiniones y sugerencias nos permiten seguir vigentes: los lectores.

Príncipe. El jueves 13 falleció en Mérida el Profr. Gaspar Antonio Xiu Cachón, descendiente en línea directa –como se ufanaba en pregonar- de Tutul Xiu, señor de Mayapán. Su ancestro Gaspar Antonio Xiu (1531-1610), maestro como él, fue hijo de Napuc Chi e Ixil Kukil Xiu, hija del legendario cacique maya. Don Gaspar fue diputado local tres veces y presidente del Supremo Consejo Maya en el interinato de Víctor Cervera Pacheco. Fueron célebres sus desencuentros con Maximino Yam Cocom –de los Cocom del Oriente, enemigos históricos, seculares de los Xiu que acusaban a aquéllos de entreguistas-, quien lo sucedió en la presidencia del organismo aquel que, según decía el Profr. Xiu, fue antecedente del Indemaya. Cuando visitó Yucatán la reina Isabel de Inglaterra, el 27 de febrero de 1975, según contaba el entonces gobernador Carlos Loret de Mola, durante una cena en honor de la soberana en Uxmal, el príncipe Xiu le dio la mano a Isabel, a pesar de que el protocolo real lo prohíbe. El maya explicó entonces: “Si ella es noble, yo también”.

Maya de elite. Durante los cinco años que ya lleva El poder de la pluma, cada domingo, el arqueólogo maya José Guadalupe Huchim Herrera ha publicado en la página 3 su columna desde la cual aporta con amenidad y sencillez datos de la cultura que es su progenitora. Pepe, como le decimos sus amigos, es de linaje de custodios: desde su abuelo protegen y vigilan las zonas arqueológicas. A él no le gusta que se diga, pero es necesario que se sepa sin duda que el fenómeno de luz en Dzibilchaltún fue un hallazgo suyo, aunque su mayor divulgador fue su maestro Víctor Segovia Pinto.