La encuesta que publicó ayer Milenio Novedades –“un retrato del momento”, como bien aclaró el responsable de su elaboración y procesamiento, Jesús Salcedo Ortiz- es, me parece, de una gran utilidad, en primer lugar, para los partidos y sus candidatos, pues les permite saber cómo van en determinado momento de este largo periodo preelectoral (incluido el ruidoso lapso de silencio impuesto por burdas componendas entre partidos que dieron origen al mazacote que se llama Cofipe) y para los ciudadanos, ya que les da pistas sobre el trabajo de los aspirantes.

Con toda la ignorancia de que soy capaz –basado únicamente en mis largos años de observador de los avatares de la política, desde la era rupestre del partido único (cuando no hacían falta encuestas para saber quién ganaría), pasando por la pluralidad en la composición de los órganos de gobierno y la alternancia en la Presidencia- y contra lo que hoy día opinan presuntos expertos en el tema, creo que las encuestas son un instrumento válido para conocer las preferencias (no sólo políticas) de una porción significativa de la población en un momento dado y unas circunstancias específicas.

No creo que predigan quién va a ganar una elección –aunque pueden dar indicios-, pero sí son un termómetro útil del ánimo social con respecto a un candidato. En la que este periódico publicó ayer, por ejemplo, aunque no contiene grandes sorpresas porque ya sabemos que en Yucatán sólo hay dos partidos fuertes (PRI y PAN), por la amplitud de la muestra (41 municipios) el panorama que dibuja es indicador de quién tiene mayor presencia en el interior del Estado y es el priista Mauricio Sahuí Rivero, por quien votaría la mayoría de los encuestados y quien es asimismo el más conocido de todos.

Otros datos destacables de la medición son que el 91% de los yucatecos en edad de votar tiene credencial del INE y más del 77% planea acudir a la urna el 1 de julio, lo cual se sitúa alrededor del promedio histórico del Estado, donde hay una larga tradición del voto, y más del 40% ya decidió por quién va a votar.

Falta mucho para el día de la verdadera encuesta –la de las urnas-, pero son dignos de encomio los esfuerzos de esta casa editorial por apoyar a los ciudadanos a que hagan una elección bien informada, sobre todo porque es una tarea no exenta de riesgos ante la actitud amordazante de las autoridades electorales para quienes todo es prohibir y sancionar.