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Es lamentable que el partido que los perredistas construimos hace 30 años hoy se quiera transformar en uno de ultraderecha y con actores políticos ajenos a la izquierda. Día a día, los cinco integrantes de la Dirección Nacional Extraordinaria del PRD salen a denostar a quien fuera nuestro dirigente nacional y candidato a presidente de la República en 2006 y 2012, criticándolo sin ser propositivos, el caso es golpear y ya.

Más lamentable que ahora no se den cuenta de la dimensión del problema que estamos pasando los partidos políticos.

Eduardo Sobrino me comentó hace unos años que entró a Alternativa Democrática Nacional (ADN) para acercar a Héctor Bautista con López Obrador y crear un canal, porque él decía que tenía una “buena relación” con AMLO.

Es terrible que ahora se engalanen Alejandro Cuevas y Eduardo Sobrino llevando alcaldes a la CDMX, aunque saben que no podrán “gestionar” obra pública como cuando el primero y actual presidente estatal asignaba de manera discrecional, aprovechando su cargo en la comisión de presupuesto, apoyos a municipios donde los condicionaba a cambio de afiliar personas al PRD.

Más feo es que sigue engañando a la alcaldesa y a los alcaldes perredistas diciéndoles que les conseguirá obra pública. ¿Cómo les van a bajar obra si un día antes el buró de los cinco nacionales sacó un decálogo contra López Obrador? Pareciera que no entienden la magnitud del problema nacional. El PRD cambiará su nombre y sus siglas a más tardar en agosto. La fecha ya es fatal. Mi pregunta: ¿Cómo Eduardo y Cuevas que defendían a López Obrador ahora dicen que es lo peor de la izquierda?

En lo que se convertirá el PRD probablemente sea un partido de ultraderecha. Quieren ganar pegándole a AMLO todos los días. La política no puede ser golpear sin propuestas. La semana pasada vino Karen Quiroga (que es parte de la mesa nacional) para hacer reuniones y tranquilizar a la inquieta burocracia que tiene incrustada en la inflada nómina del PRD local y para darles un mensaje a su sindicato particular de rolo-taxistas: “Tranquilos, seguiremos administrando el dinero del PRD Yucatán”.

El PRD es un difunto. Cuevas y Sobrino no ven que se agotó. ¡Lo exprimieron hasta el cansancio! y ya no van ni siquiera a alcanzar el registro en 2021. La soberbia del diputado al que “su sueldo no le alcanza” en la elección federal tendrá las fichas. De 8 alcaldes tendrán que pagar 4 hombres y 4 mujeres. Sobrino en su vida gana algo en votos y estoy convencido de que si es plurinominal le vende la idea a un alcalde como hizo con Edilberto Rodríguez, de Tixméuac.

Ya no estamos por quién se queda con el membrete, en agosto el buró venderá la membresía nacional y agotarán y matarán al pobre PRD.

Y como Cuevas y Sobrino ya ven venir la muerte del PRD, ya tienen pláticas con el PT, a espaldas de los alcaldes que no los aceptaron... Tiempo al tiempo...

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