En los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá se cuentan relatos sobre una criatura a la que denominan Bigfoot, Pie Grande en español, según informan Alejandra Ramírez Zarzuela y Agustín Celis Sánchez. Dicho ser es conocido también como Sasquatch, que significa “hombre peludo”. Unos grupos étnicos, como los chipewas, le llaman “el hombre de la maleza” y otros, como los shoshones, “el gigante de piedra”.

En todos los casos hacen referencia a animales antropomorfos que caminan erguidos sobre las dos piernas. Además tienen una gran estatura y el cuerpo cubierto de pelo. Generalmente los nativos los describen como seres muy fuertes, agresivos, malvados, feroces e incluso devoradores de hombres.

Joel Levy, investigador del tema, aportó nuevas descripciones en las que señala que los machos de Bigfoot tienen al menos 2.1 metros de estatura y son fornidos. Las hembras son ligeramente más pequeñas, con los pechos caídos. En cuanto al pelaje, también hay variaciones; puede ser desde color negro hasta un tono rojizo. Por lo general, se comenta que los ojos del Bigfoot son de color rojo y parecen brillar. Esto, dicen algunos conocedores, podría indicar una adaptación a la visión nocturna congruente con el horario de sus hábitos. También se cuenta que el monstruo tiene un fuerte olor desagradable.

Según Luis Manuel Layna y Ordóñez, en 1969 el National Bulletin publicó un artículo en el que una mujer decía haber sido violada por Pie Grande. En ese reporte, Helen Westring contó que hacía tres años, mientras cazaba por los bosques de Bemidji, Minnesota, se encontró con Pie Grande y éste la hipnotizó con la mirada de sus ojos rojizos. El enorme ser, de manos peludas, le había arrancado la ropa “como quien pela un plátano”. Luego la observó con interés apasionado, concentrándose en la región genital. De inmediato la derribó y satisfizo su bestial deseo reproductivo. Helen tuvo la suerte de desmayarse. Cuando recobró el conocimiento, tomó su fusil y atravesó de un tiro el ojo derecho del violador.

Algunos investigadores han respaldado la existencia de Pie Grande a partir de datos científicos como la migración de las tribus asiáticas hacia el Continente Americano hace más de once mil años. Dado lo anterior, los indígenas americanos descienden de estos primeros grupos cazadores y nómadas que poblaron este continente.

El ya mencionado Levy afirma que estos cazadores no fueron los primeros y únicos homínidos que llegaron a América, pues en su camino avistaron a un hombre, semejante a un mono, de dimensiones gigantescas, parecido al Yeti del Himalaya, Nepal. Ambos, Yeti y Pie Grande, podrían ser descendientes del Gigantopithecus, una criatura prehistórica que se creía extinta desde hace 300,000 años. En la tradición oral de otras regiones del mundo se reportan casos similares al de Pie Grande y se dice que ellos viven en cavernas cercanas a los sitios donde se les ve.