Un caballero del buceo en cenotes
Carlos Evia Cervantes: Un caballero del buceo en cenotes
El 3 de febrero de 1983 conocí a Luis Fernando Rosado Lara y a través de su charla me di cuenta que era un hombre apasionado por el buceo en cenotes. Posteriormente, supe que era considerado por muchas personas como el pionero de esa actividad en el estado de Yucatán, teniendo como antecedente al profesor Jorge Urcelay Gutiérrez, explorador del cenote Xlakaj de Dzibilchaltún, en 1956.
Fernando nació en la Ciudad de México y trabajó durante varias décadas en la Comisión Federal de Electricidad en Yucatán.
En 1983 Rosado Lara era el presidente del Club de Espeleobuceo de Yucatán que agrupaba a numerosos deportistas locales. Desde los inicios de los años 70 se capacitó en las actividades subacuáticas gracias a un curso de buceo impartido por el francés Claudio Lamprech y, más adelante, él mismo se desempeñó como instructor de esa actividad.
En 1975 descubrió, conjuntamente con otros miembros del Club, el holotipo del único fósil marino del mundo con 12 millones de años de antigüedad, denominado Xenosiren yucateca por los científicos de la Universidad de Oxford, el cual se encuentra en el Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México. También colaboró con muchos investigadores de México y otros países.
Fernando fue amigo del gobernador Víctor Cervera Pacheco y logró sensibilizarlo en cuanto a la importancia del tema de los cenotes a tal grado que el funcionario tomó las decisiones necesarias para que se realizaran los encuentros anuales de espeleobuceo, el censo estatal de los cenotes y la primera edición del libro “Cenotes y cuevas de Yucatán”. Gracias a estas iniciativas muchos especialistas del ramo participaron en estas actividades que hicieron más visibles las cavidades subterráneas ante los ojos de la sociedad. También se vislumbró la necesidad de formar guías especializados para atender a los futuros visitantes de los cenotes locales.
Su entusiasmo y buen carácter le permitió tener muchos amigos en el medio local y conforme su fama se extendió empezó a tener intercambio con buzos provenientes de diversos países tales como Polonia, Suiza, Francia, Italia, Estados Unidos y Japón. Además, siempre procuró que los guías locales que prestaban sus servicios a él o los exploradores de otros lugares, fueran bien recompensados económicamente, pues gracias a ellos se podían conocer los distintos cenotes ubicados en los montes yucatecos.
Una de las principales aspiraciones de Rosado Lara fue escribir un libro en el que plasmara su biografía y sus conocimientos de los cenotes de Yucatán. Con mucha paciencia y dedicación, finalmente el 19 de octubre de 2016 presentó su obra “Relato de los cenotes de Yucatán”, en el Teatro Armando Manzanero.
El primero de enero de 2019 Fernando abandonó este mundo, pero seguramente sus amigos mantendrán el recuerdo de su persona, sus anécdotas y sus aportaciones al maravilloso mundo subacuático de Yucatán.