El mal de ojo
Carlos Evia Cervantes: El mal de ojo.
Esta es una creencia muy extendida y vigente en el estado de Yucatán, y en casi todo México. Hay muchos reportajes y artículos que tratan del tema, pero básicamente todos dicen lo mismo. Por esta razón se ha tomado como ejemplo el trabajo del reportero Carlos Ek Uc, quien inicia su artículo citando al “Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana”, en donde se aclara que es una de las creencias más antiguas y difundidas en el mundo y que en México este padecimiento ocupa el primer lugar entre las causas de consulta o atención de la medicina tradicional.
Para ilustrar el tema, Ek Uc expone la entrevista que le hizo a Lilia Rebeca Chuc Tenreiro, de 50 años, ama de casa de Chumayel, Yucatán, quien desde hace varias décadas cura el mal de ojo en menores de edad. Ella aprendió esta actividad de su abuela Juanita Tenreiro.
La mujer platicó que el mal de ojo se da cuando un hombre, mujer embarazada, persona hambrienta o que está pasando por determinados estados anímicos, mira a un bebé también hambriento, creando así un inusual choque de energías que afecta al menor de edad, cuyas manifestaciones desafían a las mentes más escépticas.
El bebé que ha sido expuesto a tales personas se enferma: llora continuamente, presenta vómitos, diarrea y calentura. Otra causa del mal de ojo es cuando una persona calurosa, que ha estado bajo el sol, ve al niño, entonces puede enfermarlo. Aunque lo lleven al doctor y le den antibiótico, no se aliviará, porque esto sólo se puede curar con plantas medicinales.
Agrega Lilia Rebeca que el mal afecta principalmente a los niños, pero a veces también a los adultos. Comentó que para curar a los menores de edad mastruja una serie de plantas medicinales como la ruda, albahaca, roble e higuera, entre otras, que tiene en su patio, para hacer un extracto que posteriormente va frotando en el cuerpo del bebé. Dijo que le va aplicando la medicina en la frente del infante, en la pancita, en las manos y en los pies para bajarle la calentura. “Esto es lo primero que hay que hacer siempre, ya que mucha fiebre puede dañarle el cerebro”, precisó.
Ek Uc cita de nuevo al “Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana” y señala que, entre de las diversas causas del mal de ojo, destacan por su frecuencia la mirada y la envidia, factores que se encuentran asociados.
Numerosos estudios etnográficos dan cuenta de la capacidad que tienen algunos individuos para enfermar a otro por medio de la vista. Generalmente se dice que estas personas son poseedoras de una mirada fuerte, pesada, caliente, fija o penetrante y que tiene la cualidad de dañar, voluntaria o involuntariamente, todo aquello que despierta en ellos admiración, deseo de posesión o el sentimiento de envidia.