Cien días
El poder de la pluma
En menos de una semana se cumplirán los primeros 100 días del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, después de, recordemos, 18 años de campaña ininterrumpida y tres postulaciones consecutivas.
Y aunque la primera lección de la historia es: el que persevera alcanza, llega el tiempo de hacer la primera evaluación, sopesando sus logros y resultados, más que sus programas e intenciones.
Así, podemos afirmar que ni todo ha sido positivo, ni todo es negativo; en una simplificación podemos afirmar: bien en política, no tan bien en economía.
Lo destacado en este lapso es su popularidad que ha ido en ascenso, hasta alcanzar un índice del 85% de aprobación, impulsada por el esfuerzo desmedido para permanecer en contacto con la gente a través del “mañanero”, donde el combate contra del robo de hidrocarburos resultó emblemático, aunado con otras medidas de carácter más simbólico que eficiente, como abstenerse de usar el avión presidencial y seguir viajando en su Jetta.
Paradójicamente no ha dado buenos resultados en materia económica, desde la cancelación del aeropuerto de Texcoco, por la incertidumbre que creó en los mercados financieros internacionales, cuya sombra lo seguirá por todo el sexenio, a la toma de decisiones en materia presupuestal, que corresponden a una visión conservadora que pone énfasis en el ahorro y en la liquidación de pasivos como un método para aspirar a la autarquía de las empresas productivas del Estado, como Pemex y la CFE, sin reparar en el uso de tecnologías obsoletas y dañinas al medio ambiente y que ve a la inversión privada como una competencia desleal en esas áreas.
Los efectos colaterales de sus acciones efectistas, que dan la impresión de apresuramiento, como el cierre de ductos para combatir el robo de hidrocarburos, que ocasionó el desabasto por cerca de un mes en buena parte de la República, ha generado costos económicos severos, lo mismo que los derivados de la tardanza en solucionar los bloqueos de ferrocarriles en Michoacán y las huelgas y paros laborales en Matamoros, Tamaulipas, pueden resultar en un crecimiento negativo para el primer trimestre de su gobierno.
Lo que la administración pública actual no atina a contrarrestar a través de la utilización del Presupuesto Federal, que permanece congelado, pues los flamantes funcionarios de Hacienda se han tardado más que los del promedio de los regímenes anteriores en aprender a “abrir la llave” de los fondos públicos, responsablemente, se entiende.
Un filósofo alemán, padre del pensamiento de izquierda, estableció que la economía determina la manera de pensar y de actuar de la gente y que, en consecuencia, el límite de la política es la actividad económica.
Todos esperamos que el gobierno encuentre la manera de incentivar la inversión privada para generar el crecimiento económico que necesitamos.