|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La pandemia parece ceder, los números lo indican; las muertes son menos que antes. En la punta de esta primera ola pasamos de 30 a 10 fallecimientos o menos, mucho se aprendió en estos meses siniestros sobre los tratamientos médicos, aun así la letalidad del virus es terrible. No debemos pensar que ya pasó y relajarnos, sino seguir las medidas de sana distancia. El uso de cubrebocas, lavado de manos y no estar en lugares cerrados con muchas personas siguen siendo importantes.

En Europa ya están en la segunda ola y es tan peligrosa o más que la de principios de año; a España, Francia y Alemania y otros países les va mal de nuevo. Que nos va a llegar la segunda ola a México y Yucatán es un hecho, el asunto es si nos cayó el veinte, como se dice coloquialmente, o vamos a cometer los errores de falta de previsión, exceso de confianza o de ignorancia. Y no me refiero al gobierno estatal o federal, sino a los ciudadanos, a nosotros, nuestra familia; no debemos bajar la guardia, sino estar atentos a cualquier síntoma de anormalidad en nuestra salud y de haberlo consultar con el médico familiar; ellos saben muy bien los pasos y medicamentos previos, y procurar cumplir la cuarentena para evitar la propagación... no se vale hacer como si no pasara nada.

La otra ola que nos golpea es la de la economía. En este caso, la de los bolsillos puede empeorar. Los pronósticos y la información del Inegi para el tercer trimestre del año siguen arrojando datos muy graves; por señalar el mayor: la reducción del consumo interno, es de tal magnitud que los expertos consideran que la economía mexicana será la más dañada de América, aunque de la presidencia den otra información.

Lo cierto es que el comportamiento del consumo interno, el de cada familia, se redujo en cerca de una quinta parte y lo que se espera no son olas, es un maremoto.

Ante este fenómeno la participación de los empresarios es muy importante, de su inversión depende el tiempo que nos lleve retornar a la seguridad del empleo que tenían muchos yucatecos que se han quedado sin ingresos o tienen menos dinero que el que obtenían antes de la pandemia.

Sabemos que es más cómodo para los empresarios esperar a que mejore la economía para invertir, pero es ahora cuando su país los necesita, es con el éxito de cada uno como vamos a salir de esta crisis.

El gobierno no influye en la inversión, sólo un peso de cada 8 invierte, los otros 7 son de origen privado nacional o internacional. Es a nosotros, ciudadanos, a los que nos toca salir adelante.

Las crisis económicas destruyen, pero abren puertas para proyectos que debemos atrevernos a iniciar, mejorar nuestras destrezas, priorizar nuestros gastos, agregarle un poco más de esfuerzo al trabajo y adaptar nuestras empresas a la realidad.

Lo más leído

skeleton





skeleton