Para hacer las cuentas de las tareas realizadas durante un año, por mucho especial, en todos los sentidos que pudiera tener para evaluarlo, es un 2020 para el olvido, pero aun así debemos sopesar los resultados y hacerlo a la luz de la información con la que contamos: en el último trimestre el Inegi informó de los números y ya nos dan una idea de lo que está sucediendo.

Para iniciar con los changarros y las pequeñas y medianas empresas, fueron abatidos con tiro mortal más de un millón sólo en la Ciudad de México y su zona conurbada con el Estado de México; en el empleo formal millón y medio que quedan sin empleo y son dados de baja del IMSS y otras prestaciones; de éstos se han recuperado 500 mil (una tercera parte), principalmente en la industria maquiladora. Podemos estimar una reducción mayor del empleo informal o autoempleo, donde los números se multiplican por tres y deben de estar en alrededor de tres millones y medio los desempleados; otros permanecen en calles y esquinas con el problema de que, aunque estén intentando obtener ingresos, las bajas ventas no lo permiten.

Si vemos rubros de inversión en medios de producción y plantas industriales, están contraídos y es muy desalentador: por un lado, la pandemia, por otro la inseguridad que campea en los estados del norte del país evitan la inversión. Otras razones de esta disminución se atribuyen a medidas legales y decisiones públicas que no animan al inversionista. En lo político la confrontación fue el día a día en escenarios diferentes, pero diaria y sin tregua.

Sin duda son tiempos electorales y vimos acuerdos impensables hace pocos años en varios estados de la República, aliándose PAN, PRI y PRD por la mitad de los 300 escaños de mayoría de la Cámara de Diputados y en más de la mitad de las gubernaturas que se eligen en 2021 a mitad de año. En otros estados, como el nuestro, Yucatán, por un lado el PAN dice que no hace pactos con el PRI y prefiere pedir a priistas renunciar a su militancia y competir como candidato ciudadano representando al PAN, como las dos caras de la misma luna.

Por último, en cuanto a la pandemia, resultó que, a pesar de que Yucatán no presenta aún los estragos de la Navidad, podríamos concluir, si los números de la autoridad no están bajos a propósito, creyendo en ellos que son un 30 por ciento más de los que por diferentes enfermedades mueren en un año normal. Se han muerto tres yucatecos más por cada diez de 2019.

Un año para olvidar, para llorar y agradecer por estar vivos.