El rol del docente
Cesia Rodríguez Sosa: El rol del docente
La función de la maestra y el maestro en la historia de la educación se ha visto determinada por la transformación de las sociedades, correspondiendo como impulsores de mecanismos que permitan responder a las problemáticas de la vida social. La labor docente ha sido y es el principal instrumento con el que se coadyuvan los objetivos y fines del sistema educativo, la corresponsabilidad va más allá de la relación entre autoridades y profesores, sino en el encuentro de agentes que dialogan para la transformación de las condiciones favoreciendo a la igualdad y la equidad en la sociedad.
Actualmente, hemos vivido uno de los problemas contemporáneos más graves por causa de la pandemia de Covid-19, los sistemas educativos fueron cuestionados, los ajustes fueron múltiples para compensar la suspensión presencial, dar respuesta inmediata reflejó la capacidad de organización de todo un aparato estructural que se autoevaluaba a medida que se agudizaban las necesidades y se reflejaban las carencias de la educación. Esta situación planteó de nuevo el rol del docente, principal medio para la gestión de la enseñanza, motivo que me hizo recordar una publicación de Umberto Eco en el año de 2007 en el diario La Nación, en donde relataba una reciente lectura sobre la experiencia de un docente cuestionado por la “impertinencia significativa” de un alumno con la pregunta, “Disculpe, pero en la época de Internet, usted, ¿para qué sirve?”. En efecto el cuestionamiento resulta incómodo, sin embargo, esto le permitió al autor alegar las razones que distinguen irrebatiblemente la necesidad del maestro.
Si bien en el mundo de la tecnología y la información en apariencia hace creer la posibilidad de que todo se puede aprender sin una instrucción, como aquel que decide armar un artefacto sin leer el instructivo, esto no quiere decir que los procesos de enseñanza-aprendizaje sean simples técnicas de pasos prefijados, precisamente esto es lo que genera la diferencia, la analogía referida sólo explica que debe existir ordenamiento, en este caso; crítico, reflexivo y libre para lograr un aprendizaje, y que aunque tengamos la televisión, la radio o el internet, el estudiante no es sino a través de intercambios de experiencias cuando aprende a discernir, explicar, seleccionar, argumentar, descifrar y dar respuesta a sus inquietudes y problemas que plantea cada área de conocimiento.
En el texto, Eco hace énfasis de que podemos encontrar en los medios de información una infinidad de datos y que en ese cúmulo de referencias existe la necesidad de que sea cuestionada su veracidad, y que la escuela mediante el profesor permite generar estos espacios de discusión.
Ahora que también se menciona que algunos estudiantes en casa bajo la tutela del padre o madre de familia aprenden mejor, sin duda es una posibilidad que de igual forma debe ser debatida, y sin entrar en polémica ante las medidas provisorias que no suplen la profesionalidad pedagógica y didáctica de la enseñanza, por esto, no podemos dejar de resaltar el papel de las maestras y maestros que han implementado en tiempos de pandemia su labor magistral para mantener a los educandos constantes en su desarrollo personal y profesional.