En el fragor de las elecciones para alcaldías, diputados locales y federales, la sociedad yucateca ha presenciado una diversidad de actividades políticas de las candidatas y candidatos, la ciudadanía espectadora de las dinámicas y estrategias como propuestas y promesas de los políticos de la planilla que habrá que examinar. Para reflexionar y elegir entre el balance de proyectos nos han trasmitido debates adaptados a la modalidad virtual en lo que es una supuesta confrontación de ideas se han presentado momentos interesantes y propósitos, cabe mencionar que este ejercicio de la democracia permite revalorar nuestras elecciones y considerar nuestras necesidades como colectividad, y aunque en la agitación de las campañas se percibe la división de ideas siempre es saludable recurrir al diálogo.

En este momento de actividad política el diálogo se conserva como el mejor aliciente para nuestra formación participativa, ya que permite la discusión entre los interlocutores de aparentes planteamientos contrapuestos o de arraigadas ideas que necesitan defenderse sin necesidad de conflicto. Hablar de este recurso comunicativo es mencionar al creador de esta medida del consenso. Sócrates, filósofo griego que empleó como forma de llegar al conocimiento las técnicas de la comunicación a través del diálogo, sin embargo es por medio de sus contemporáneos que podemos reconocer cómo utilizó permanentemente este recurso, que entre sus peculiares historias rescatamos la necesidad de querer acudir a conversar con los jóvenes en la polis griega.

Pero qué es esta técnica dialógica que se ha interpretado de su quehacer filosófico si no una “forma de diálogo cooperativo argumentativo entre individuos, basado en hacer y responder preguntas para estimular el pensamiento crítico y extraer ideas y presuposiciones subyacentes. Es un método dialéctico, que involucra una discusión en la cual se cuestiona la defensa de un punto de vista; un participante puede llevar a otro a contradecirse de alguna manera, debilitando así el punto del defensor”, como señala el artículo “El método de la dialéctica de Sócrates” publicado en la revista EAR project (2020). En apariencia pudiera resultar sencillo, uno podría sin saber estar empleando esta estrategia de la conversación pero no, la utilización de la técnica acude a la necesidad primera de informarse, reflexionar, analizar, discernir, caminos de la inteligencia, para construir ideas que permitan formular pensamientos que nos salven de la ignorancia. “El método socrático busca verdades generales y comunes que dan forma a las creencias y las examina para determinar su coherencia con otras creencias” (EAR project, 2020), el punto principal es contraponer la realidad y lo que se dice de ella, en la exploración de veracidades se encuentra el error de la defensa de una idea y debatirla es su principal objetivo.

Se rescata del método socrático la urgente necesidad del diálogo que construye mejores formas de convivencia, en el marco de la vida política que vivimos y a pesar de ver caminatas, debates y conversaciones de casa en casa con los ciudadanos y ciudadanas que están por elegir a los nuevos representantes queda ausente la oportunidad de cuestionar a cada uno de ellos, los ciudadanos queremos interrogar su trabajo político.