Mirada sociológica de la violencia (II)
Cesia S. Rodríguez Medina: Mirada sociológica de la violencia (II)
De acuerdo con los antecedentes históricos podemos identificar que el fenómeno de la violencia es una constante en las sociedades, expresándose desde el ámbito personal (violencia intrafamiliar y/o autoinfligida) o en el medio social (guerras, terrorismo), y que si bien puede tener una explicación desde la perspectiva psicológica, es decir, lo que se comprende como una cualidad de la conducta o de la naturaleza del ser humano, no es suficiente para afirmar que tiene su origen únicamente por la relación de origen instintiva o innata. Con lo anterior quiero explicar que la violencia en sus causas, formas y dinámicas, también tiene una estrecha relación con todos los aspectos que se circunscriben a la vida social.
Para explicar esta relación los estudios sobre la violencia desde el enfoque sociológico han identificado distintos factores sobre cómo se manifiesta y se perpetúa, en donde al parecer su aplicación o sus fines tiene dos caras, entre los teóricos clásicos que argumentan sobre la violencia destacamos la explicación que hace Max Weber al referirse al Estado como un monopolio de la violencia. Pero, ¿por qué?
Primero se entiende que el Estado es la estructura conformada con el fin de mantener a través de la coacción el establecimiento de un orden legítimo entre las relaciones humanas. Para Weber, de acuerdo al análisis de Gloria María Gallego García, en su artículo “Sobre el monopolio legítimo de la violencia” (2003), uno de los primeros cometidos atribuidos al Estado moderno es el de centralizar el poder para evitar que haya en la sociedad múltiples centros de poder en rivalidad por la vía de las armas y del derramamiento de sangre.
El poder central habrá de operar en calidad de apoderado único y exclusivo para administrar y ejercer la violencia para despojar a los individuos o grupos de su uso en la solución de diversas contiendas, prohibiéndola de manera general, con el doble objetivo de evitar la guerra e impedir que se tomen la justicia por su mano mediante la venganza individual, parental o de clan, con el campo libre para la ley del más fuerte. La disposición sobre los medios militares se reserva al poder central, el cual tendría la facultad de usar la violencia contra los individuos como medio para combatir la que ellos ejercen y asegurar un determinado orden social (Gallego G.: 2003).
Cabe mencionar que en el origen de la organización social la violencia era justificada como parte de la supervivencia y la evolución, donde se percibía a través de acciones agresivas, sacrificios, guerras primitivas y costumbres que se reproducían por generación, como resultado de este proceso la violencia va tomando otras formas de mantenerse intrínseca a todo lo que nos rodea, entonces cabría cuestionarnos si una de las dificultades por las que no podemos eliminarla es porque ésta es modelada a través de los aparatos estructurales que componen a la sociedad y sus relaciones, es decir, puede ser la violencia de Estado un espejo de su sociedad condicionando comportamientos violentos entre los individuos. (Continuará).