Borges y el porvenir

Cesia S. Rodríguez Medina: Borges y el porvenir

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El presente continuo nos trastoca, de la realidad logramos quizás retener pequeñas cosas que nos asombran, conmovidos por la sensibilidad de nuestra naturaleza, reflexionamos y vislumbramos la quimera anhelada o tal vez el efecto probable de circunstancias acaecidas por individuos o hechos secundarios. Entonces, concebimos un futuro no del todo impreciso, imaginación que se fundamenta en la búsqueda de la conciencia metafísica y de ese pensamiento surgen concepciones que fluyen como posibilidades, múltiples posibilidades. De este argumento propio retomo, por motivo del aniversario luctuoso del escritor Jorge Luis Borges, el relato “El jardín de senderos que se bifurcan” (1941) y de otros textos, para compartir brevemente la cosmovisión expresada en sus escritos sobre el porvenir, narraciones que reflejan la labor filosófica del autor argentino. De su obra literaria si podemos tener una certeza esa es la idea de que en el universo terrenal todo emana de la concatenación de causas y efectos, incluso, la trascendencia al universo superior, el destino mutable, juego de elecciones que convergen en un instante para desatar una serie de destinos.

En “El jardín de senderos que se bifurcan”, Borges acentúa la noción de estas variaciones “porvenires” que son tema constante en su obra, en el relato el protagonista narra la huida tal vez cobarde de un espía al servicio de Alemania durante la Primera Guerra Mundial, éste, envuelto en la persecución y consciente de su próxima ejecución, desarrolla una serie de elecciones que son matices para recrear una nueva posibilidad, así lo expresa “todos los desenlaces ocurren; cada uno es el punto de partida de otras bifurcaciones”, paralelamente al hecho el autor utiliza la metáfora del jardín para desarrollar su sentencia mística “creía en infinitas series de tiempo, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos. Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas las posibilidades”.

De forma similar se aborda en el cuento “Tres versiones de Judas”, donde a través de la ficción se crean otros perfiles de Judas Iscariote, Borges reescribe la historia a través de las hipótesis de Nils Nuremberg, teólogo que postula otras probabilidades; Judas como redentor, la traición como acto necesario y la negación de la felicidad terrenal, esta creación borgiana lleva implícita la analogía de las infinitas posibilidades, en este caso literarias, sin embargo, se deja entrever que no es el azar cualidad del universo si no la constante creación de cada movimiento, de lazos paralelos, convirtiéndonos en artífices del destino. Del mismo modo, Borges vuelve a retomar el tema en un artículo publicado en la revista Janus (1966) titulado “Un porvenir posible”, texto donde puntualiza que “suele hablarse del porvenir, como si éste fuera uno, lo cual es evidentemente un error”. En esta misma publicación añade la intención franca de profetizar otro destino para la humanidad. El autor nos deja una profunda convicción para meditar sobre los universos paralelos que son posibles, nos movemos en el tiempo para crear nuestra historia, donde todo sucede por primera vez.

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