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Pasan los años y seguimos sin atender de manera integral y permanente el manejo de las aguas en nuestro Estado; recuerdo que cuando se autorizaron los recursos para construir una red de alcantarillado sanitario en Mérida fui designado por Grupo ICA, donde laboraba, para participar en el consejo técnico que definiría los trabajos a desarrollar y propuse que lo primero y más urgente era tener un diagnóstico completo del manejo de las aguas negras en Mérida, además de otros aspectos, todos para tener una visión clara de lo que había que resolver, y fui vetado. A más de 30 años seguimos sin tener este inventario integral de la infraestructura doméstica, comercial e industrial, y seguimos contaminando nuestra reserva de agua.

Hoy la situación global es preocupante, ya que los expertos en el tema estiman que antes del 2050 unos 2,500 millones de personas sufrirán escasez del vital líquido, aunque hoy día ya muchas regiones de nuestro planeta están experimentando esta escasez y se estima que unos 1,000 millones no disponen de agua en puntos próximos a su casa.

Según un estudio de la ONU, entre cuatro y seis millones de personas, la mayoría niños, mueren cada año por enfermedades ligadas al agua. Lo cierto es que la incidencia de muchas de estas enfermedades podría reducirse, e incluso desaparecer, si contáramos con un suministro de agua verdaderamente potable; aquí habrá que conocer con certeza cuál es la calidad del agua de que los yucatecos disponemos en nuestras viviendas.

Y es que la calidad en los sistemas de distribución es muy desigual, no sólo entre regiones del Estado, sino entre segmentos de cada ciudad, como en Mérida, con más de 60 sistemas autónomos que abastecen a pequeñas regiones del espacio urbano, sistemas que sólo cloran el agua.
Pero, ¿qué le está pasando a nuestro acuífero? Lo cierto es que se están haciendo esfuerzos para conocer la calidad del agua subterránea, pero es urgente definir un programa permanente de mejora continua de las infraestructuras de manejo de las aguas residuales.

En un principio se discutía si se requerirían una, tres o cinco plantas de tratamiento, pero hoy tenemos algunas decenas sin contar con una normativa integral.

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