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Cuando hacen casting solicitando la participación de artistas de regiones específicas uno piensa que los materiales que se van a generar tendrán al menos el sonido particular de la región convocada. Tristemente, en la mayoría de los casos, no es así. Sucede que la mayoría de los productores desconocen los acentos de los estados; en los peores casos, los productores suelen estar inundados de estereotipos y se van con acentos que les parezcan chistosos y clichés de la forma de hablar de las personas de los estados.

Esto lo he vivido de cerca como yucateca, mucha gente ubica el acento yucateco como el que hacía Jorge Arvizú “El Tata” en Don Gato y su pandilla, o como les llega de algunos comediantes, mismo que en algunas ocasiones es exagerado. Pasa lo mismo con el norte, algunos productores tienen una idea muy cerrada y estereotipada de ese acento. Cuando me ha tocado representar personajes norteños he tenido la fortuna de ser asesorada por personas de la región, quienes me dijeron que principalmente había que cuidar que yo no sonara como “Piporro”, uno de los personajes referentes del norte. Aparte, hay que lidiar con el guión escrito por quién sabe quién y buscando causar sabrá Dios qué efecto.

Si es un guión sobre Yucatán, apuesto a que tendrá “boxito”, “mare” y “busco y no lo busco”. Si es norteño, tendrá “mashaca”, “bailongo” y “pues”. Reducir la forma de hablar de un estado a tres palabras me parece sumamente lamentable, y por qué no decirlo, signo de ignorancia, de ausencia de asesoría y humildad.

Esto viene a cuento por una bastante criticable campaña de una empresa refresquera, en la que decidieron usar palabras mayas a lo loco (por no decir otra palabra más subida de tono), sin sentido y buscando sólo ser pintorescos sin que se entienda nada de lo que pretenden decir. ¿A poco a los productores les parece que los yucatecos hablamos a lo tonto, sólo mezclando palabras y sin que nos entiendan? La lamentable campaña sólo abona al estereotipo de que los yucatecos somos tontos y nomás nosotros nos entendemos. ¿Es mucho pedir que desde el guión se asesoren con especialistas? ¿Cómo creen que nos sentimos los yucatecos respecto a esa campaña tan chabacana y banal?

Nuestra forma de hablar puede sonar chistosa para el resto del país, incluso para nosotros mismos, nuestra forma de hablar se goza mucho por propios y extraños, lo penoso es que nos reduzcan a un cliché y dejen poco campo de acción y opinión a los artistas regionales que contratan, hay que confiar más y banalizar menos. La voz de una región, perfectamente escrita y cuidada al ponerla en un video, película, documental o comercial, puede transportar a los espectadores a un sinfín de sensaciones y sabores. Yo adoro la musicalidad de cada región, soy incapaz de tratar de imitar un acento para parecer simpática y caer bien. La musicalidad de cada región es cultura y burlarse o encasillarla es una verdadera falta de respeto.

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