"Percepción"

Especial rechazo generan los proyectos de gasolineras y las antenas de telefonía celular.

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La percepción que algunas personas tienen acerca del riesgo o amenaza que podría representar un proyecto de construcción que pretenda llevarse al cabo en el entorno cercano a su casa, centro de trabajo u otro lugar que frecuente, para su seguridad e integridad, propicia que se genere rechazo hacia dicho proyecto. En innumerables ocasiones hemos visto que suceda esto en Mérida, algunas veces se trata solamente de un par de vecinos afectados y en otras se conforman numerosos grupos de ciudadanos que se oponen a un proyecto en particular.

Especial rechazo generan los proyectos de gasolineras y las antenas de telefonía celular. Las primeras porque parece obvio el riesgo potencial de una explosión, además de que en contados casos se han tenido indicios de contaminación al acuífero con el combustible que presumiblemente se derrama al subsuelo tanto de fugas por corrosión en los tanques de almacenamiento como por derrames en pisos que luego se lavan y se van a sistemas de drenaje muy básicos que no garantizan que se evite esta contaminación. En el caso de las antenas, existe la teoría que muchos dan por cierta de que las ondas electromagnéticas y/o radiaciones que emiten dichos dispositivos causan cáncer u otros padecimientos y afectaciones para la salud.

No es mi deseo desacreditar esas creencias, ni siquiera puedo hacerlo con certeza, debido a que no cuento con los conocimientos, pruebas o sustento técnico que indiquen algo en contrario, simple y sencillamente tengo también la percepción de que muchas veces los temores podrían ser infundados, pero a pesar de eso alcanzan a movilizar a numerosos grupos de personas que se oponen.

Y baso mi percepción en la estadística, e incluso ésta ni siquiera llevada de una manera muy formal y estricta, sino sólo por la cantidad de noticias que recuerdo en mi falible memoria. Hace unos días se supo de una explosión en una panadería con consecuencias fatales; recuerdo varios casos regsitrados en la prensa escrita de panaderías, tortillerías, restaurantes desde los más lujosos hasta los changarros ambulantes o puestos de mercados que expenden alimentos, incluso lavanderías y tintorerías han tenido accidentes con sus instalaciones de gas que han generado explosiones, pero nunca he tenido noticia, al menos en nuestra región, de que una gasolinera explote o que se incremente la incidencia de casos de cáncer entre los vecinos de un lugar que tenga una antena de telefonía celular. A pesar de esto, no he sabido de grupos de vecinos protestando porque pretenda abrise una panadería o restaurante cerca de su casa.

No digo que sea mala la percepción, a veces es buena consejera, pero otras nos conduce sin mala intención a equivocaciones; el antídoto a esto es documentarse a partir de fuentes confiables y actuar de preferencia cuando se alcance la certeza.

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