Renovables (1)
El poder de la pluma
Se habla de las energías renovables, en muy variados foros, a diferentes niveles de especialización, desde una informal charla de café hasta eventos especializados, o en casi cualquier situación de la vida diaria. Hablan de energías renovables niños, jóvenes, adultos y hasta ancianos, tanto hombres como mujeres. El tema está en los periódicos, revistas, programas de radio o televisión. Y desde luego que casi todos tienen una idea bastante clara o cercana de lo que son las energías renovables, pero también puede ser que se cuelen por ahí algunas ideas confusas, así que trataré de puntualizar algunos aspectos.
Se conoce como energía renovable a la eléctrica que es generada a partir de procesos naturales continuos, como el viento o la luz solar, y que no se agotan al utilizarlos.
Los combustibles fósiles como el carbón, el combustóleo y el gas natural, ampliamente utilizados para generar energía eléctrica en todo el planeta, son recursos finitos, es decir, que en algún momento van a acabarse, y se han formado en la Tierra durante cientos de millones de años a partir de los restos de plantas y animales. En contraste, las fuentes renovables son en teoría ilimitadas y, lo más importante, son limpias, lo que significa que no liberan o emiten contaminación de carbono a nuestra delicada y frágil atmósfera, algo que sí hacen y en abundancia todos los combustibles fósiles al ser quemados para generar electricidad. Esas emisiones, y la consecuente acumulación de CO2, es precisamente la principal causa que impulsa el cambio climático. Tres de los principales ejemplos de energía renovable son:
La eólica, que convierte la energía cinética de las corrientes de aire en energía mecánica al mover unas aspas conectadas a un eje, energía que a su vez es convertida en electricidad mediante una turbina. Estos generadores pueden construirse en tierra o, para obtener un mejor efecto, mar adentro.
La solar, que puede ser usada para generar electricidad o calor, dos formas diferentes de energía. La más conocida es la primera, y se le llama fotovoltaica porque es el proceso de convertir la luz, o más exactamente los fotones, que son diminutas partículas cargadas de energía, en electricidad (voltaje). Este fenómeno se conoce como el “efecto fotovoltaico”. Albert Einstein publicó en 1905 un revolucionario artículo llamado “Heurística de la generación y conversión de la luz”, en donde hizo la explicación teórica de este fenómeno, lo que le valió para obtener en 1921 el Premio Nobel de Física.
Bajo nuestros pies podemos encontrar energía geotérmica, que proviene del casi ilimitado calor que se genera en el núcleo de nuestro planeta, el cual calienta los mantos acuíferos subterráneos. La plantas geotérmicas, utilizan estos recursos naturales para generar electricidad usando una turbina de vapor y un generador.