Niños

Las primeras ideas de crear los derechos del niño circularon en algunos medios intelectuales del siglo XIX.

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"El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, necesita amor y comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en un ambiente de afecto y de seguridad moral y material; salvo circunstancias excepcionales, no deberá separarse al niño de corta edad de su madre".

Así lo señala un fragmento del sexto principio, de los diez que componen la Declaración de los Derechos del Niño, aprobada de manera unánime, el 20 de noviembre de 1959, por los 78 estados miembros que en ese entonces componían la Organización de las Naciones Unidas. Esa declaración y sus 10 principios sirvieron de base para que en 1989 pudiera firmarse la Convención sobre los Derechos del Niño, que se compone de 54 artículos.

Además de la extensión, las principales diferencias radican en que la Convención es obligatoria para todos los países firmantes y que en ésta se cambia el enfoque al considerar a los niños y niñas sujetos de protección y no solamente objetos de la misma.

Las primeras ideas de crear los derechos del niño circularon en algunos medios intelectuales del siglo XIX. El escritor Jules Vallès hizo alguna referencia al tema en su obra El Niño, publicada en 1879, y más adelante, en 1892, Kate D. Wiggin realizó una reflexión más profunda sobre los derechos del niño en su obra Children’s Rights. Durante las primeras dos décadas del siglo XX, circularon varias versiones e intentos por parte de organizaciones particulares y oficiales, pero no fue sino hasta el 26 de diciembre de 1924 que aparece la primera declaración de derechos del niño de carácter sistemática, aprobada por la Sociedad de Naciones (organismo precursor de la ONU), conocida como la Declaración de Ginebra, que fue redactada por la británica Eglantyne Jebb, fundadora de la organización “Save the Children”. Aunque únicamente incluye 5 artículos, lo trascendental de esta declaración es haber logrado superar el concepto de beneficencia, para dar paso al concepto de los derechos.

En 1948, la ONU aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que incluye los derechos de los niños, pero luego se llegó al convencimiento de que las necesidades de los niños y niñas debían estar especialmente enunciadas, lo que derivó en la declaración de 1959 y luego en la convención de 1989.

Esa es la historia de los derechos del niño, que se definen como el conjunto de normas jurídicas que protegen a las personas hasta cierta edad. En 1995 se modificó la convención, para que la edad pasara de 10 a 18 años, salvo que la legislación de una nación considere que la mayoría de edad es antes de 18.

Los derechos de la infancia son inalienables e irrenunciables, por lo que ninguna persona puede vulnerarlos o desconocerlos bajo ninguna circunstancia.

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