"El beisbol me parece un buen recuerdo"
Recordando el campeonato de los Leones de Yucatán, en el 2006.
En unos días los Leones de Yucatán comienzan un nuevo camino en postemporada buscando el título, e inevitablemente sus seguidores renuevan las esperanzas de ver a su equipo campeón y volver a sentir esa energía, que, aunque a veces no lo entendamos, solamente el deporte es capaz de provocar.
Sinceramente, no soy un fanático de “hueso colorado” del beisbol, pero recuerdo perfectamente la última campaña en que las fieras se coronaron en la LMB. Como muchos de nosotros, en mi cabeza tengo estilizadas varias escenas de aquel glorioso 2006, y es algo que nunca pienso olvidar.
Aquella temporada del campeonato fue la última que mi abuelo pudo ver y, a pesar de todo, eso me deja un buen sabor de boca.
Recuerdo el inicio de los playoffs ante los Diablos, el sufrimiento y la forma del equipo de partirse la madre... las líneas quemantes de Óscar Rivera. El Kukulcán a reventar... la gente. Afortunadamente ganamos. Después Puebla y la final la vimos en casa.
El calor de agosto como siempre, y para amortiguarlo la puerta abierta, la coca. Yo y mis abuelos en la sala. El partido decisivo se fue a extrainnings y podías escuchar en todas las teles de la cuadra la transmisión por un canal local. Recuerdo perfectamente que “Jesse Castillo” era un nombre ya conocido en Yucatán, pero después de aquella noche ante los Sultanes se hizo imborrable en muchos de nosotros.
Monterrey era el equipo millonario, el poderoso y que tenía casi seguro el campeonato. Hasta que se topó con un equipo del sur, humilde, unido y fuerte, como el batazo del “Jesse”. Al caer el jonrón, los yucatecos pudimos compartir una alegría tan grande, como pocas veces. Aquella noche de domingo fue de las últimas veces que vi a mi abuelo sonreír tanto.
De eso, ya más de 10 años. Cómo me gustaría que los Leones sean campeones de nuevo.