En defensa de los medios
¿Los periódicos mienten? ¿Cuánta culpa tienen los medios de que ocurre en México?
Mucha gente piensa que gran parte de los problemas que desgraciadamente padece nuestro país son por culpa de dos estirpes: los políticos y los medios de comunicación.
Dejando a los primeros en una conversación aparte y totalmente diferente, pareciera que los espacios informativos se han convertido en el chivo expiatorio por excelencia para nuestra sociedad.
Es común que la gente diga frases como “los periódicos mienten” o “los noticieros están vendidos”, pero ¿cuánta culpa tienen los medios de comunicación cuando hablamos de las problemáticas de un país como México?
Un noticiero, un periódico, un portal de noticias tienen la obligación de informar sobre lo que la gente quiere y necesita saber, pero quizá sea ésta la primera incertidumbre mediática: ¿cómo conocer aquello que la gente realmente “necesita” saber?, y en caso de tener la respuesta, ¿la gente realmente quiere enterarse de aquello que “necesita”?
Creo sinceramente que no. Con las redes sociales y el mundo digital los lectores están cada vez más alejados de la información que contribuye a formarse una visión crítica.
La forma como se percibe la información se ha tergiversado demasiado en los últimos años. Han dejado de ser importantes y de causar impacto grandes reportajes sobre cuestiones como la violencia, la corrupción en el país o promulgaciones en el Congreso que muchas veces afectan a la población de manera directa. Cada vez se compran menos periódicos y los noticieros de investigación pierden rating estrepitosamente. Lo anterior tiene un común denominador: el lector desinteresado.
Pero el problema va más allá de buscar un culpable al hablar sobre por qué los medios de comunicación convencionales pierden audiencia y calidad. Al final de cuentas éstos son herramientas creadas por y para la gente, productos que ofrecen lo que el cliente pide.
Si queremos unos medios comprometidos con la sociedad, la sociedad primero debe comprometerse con los medios, y la audiencia, leer más allá de la portada.