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Son muchos los ejemplos que en los últimos años demuestran la alianza conservadora que trazó una nueva ruta hacia el fortalecimiento de las fuerzas neofascistas en Latinoamérica, sin que necesariamente los sectores de izquierda y revolucionarios adviertan la amenaza y gravedad que esto conlleva. El propio Donald Trump y sus formas desprovistas de recato forman parte de este pacto, no se olvide que el ex presidente estadunidense y Jair Bolsonaro de Brasil, mantuvieron una buena relación que va más allá del halago mutuo, y que fue justamente en el periodo de Trump cuando los gobiernos regionales mostraron sus dientes más afilados reprimiendo a sus pueblos como aconteció en Chile, Colombia y Ecuador, y se efectuó el golpe de Estado en Bolivia (2019).

Lo anterior viene al caso como un sucinto contexto que acompaña la firma de la Carta de Madrid entre integrantes mexicanos del PAN y españoles del VOX, dos partidos con tendencia neofascista y que ahora han revelado su alianza ante el avance progresista, particularmente contra el comunismo. Aunque esto pueda parecer un anacronismo para algunos, la realidad es que existe una clara corriente neofascista al interior de la derecha mundial que ha logrado ganar terreno público entre los gobiernos conservadores y que poco a poco va mostrando su rostro.

El anticomunismo es una continua política de la derecha que ante el menor proyecto social se aferra a mantener sus privilegios y el statu quo de las sociedades que gobierna, y que cuando la derecha es oposición, practica toda acción inmoral para alcanzar sus objetivos. En el caso de México, el PAN ha ejecutado, fomentado y celebrado todas las medidas neofascistas y antiderechos humanos que puedan imaginarse, sus ataques actuales como pasados, muestran un profundo sentimiento racista, clasista e inhumano, pues nadie olvide el apoyo panista a los gobiernos o actos neofascistas perpetrados en América Latina desde su fundación.

La declaración anticomunista firmada por el VOX y el PAN no debe tomarse a la ligera, y no porque se piense que en verdad crean que el actual Gobierno federal de México sea o tenga una tendencia comunista, ya que saben ellos muy bien que no es así, si no debido a que ese discurso es el que han usado para “justificar” lo injustificable, como golpes de Estado, dictaduras, persecución política, guerra sucia, genocidio y muchos más crímenes de lesa humanidad. Es sabido que durante los gobiernos federales panistas en nuestro país se vivieron una gran cantidad de violaciones a los derechos humanos que hasta hoy permanecen impunes, al igual que se agudizaron las políticas neoliberales que empobrecieron a millones de personas, además de que se ejecutó una clara agresión a la clase obrera y los sectores populares de la sociedad.

La firma de la Carta de Madrid se presenta justo cuando se conmemora el bicentenario de la consumación de las independencias de varios países latinoamericanos como México, diversos intelectuales hispanistas y neocolonialistas han lanzado falsas “tesis” pretendiendo reescribir la historia de la conquista y la colonización y “limpiar” las barbaridades cometidas, pero nunca nada es casual en la política, por ello no debemos perder de vista el contexto y sus implicaciones, ya que el neofascismo ejecuta alianzas y una nueva cruzada neocolonizadora.

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