Una revocación de sistema
Cristóbal León Campos: Una revocación de sistema.
El día de ayer (10 de abril) se efectuó la votación por la revocación de mandato en México, y aunque estas líneas se escriben sin conocer el resultado numérico, podemos afirmar que estos ejercicios incipientes de la democracia sistémica son importantes, ya que posibilitan la toma de conciencia entre la población, aunque claro, no están exentos de las contradicciones naturales del capitalismo.
Acudí a votar sabiendo que el resultado será utilizado en las pujanzas políticas de los diferentes partidos sistémicos, ¿el ganador?, quizás en el sentido de los números sea lo menos importante, a pesar de que muchos utilizarán esos datos para medir la “correlación de fuerzas”. Lo más trascendental es que la participación de los sectores populares y de la clase trabajadora permite la toma de razón de que su voz vale para sí mismos, pero difícilmente valga para las cúpulas del poder y los políticos que pelean por un poco de ese pastel.
Muy en claro quedó desde el inicio de este ejercicio que los intereses del actual Gobierno federal y de los sectores contrarios entraron en franca discordia, llegando a grados absurdos como las “comparativas” hipócritas de algunos seudoanalistas de derecha que pretendiendo atacar a AMLO, quisieron asegurar que en países como Bolivia, Venezuela y Cuba, donde se han realizado este tipo de prácticas electorales, lo que reina es la dictadura, o, dicho de otra forma, la derecha más recalcitrante, intentando atacar al mandatario de Morena, cuestionaron la participación ciudadana para decidir cuestiones fundamentales en estas naciones, como puede ser la continuidad de algún gobernante o las modificaciones constitucionales, algo, que pese a quien le pese, nunca había sucedido en México.
El absurdo de las críticas a la votación por la revocación de mandato que intentaron por todos los medios generar una imagen distorsionada de un ejercicio que puede servir de cimiento para la toma colectiva de decisiones en temas urgentes a nivel nacional, cayeron en la negación misma de aquello que dijeron defender a la hora de cuestionar (tergiversar) este proceso, pues en vez de aplaudir la apertura para la participación consciente de la población en un asunto de importancia toral, terminaron lanzando diatribas sin sentido que evocaban sus aspiraciones antidemocráticas al hablar de dictadura, reelección y manipulación gubernamental, y como ya he mencionado, no niego ni cierro los ojos ante la obvia utilización que se hará en los próximos días por parte del Gobierno federal. Lo cual, además, ejemplifica lo ya dicho, al final este ejercicio servirá para incrementar las disputas cupulares por el poder sistémico, dejando a un lado las necesidades urgentes del pueblo.
Ahora bien, ¿por qué desde el inicio de este proceso los sectores conservadores y ultras se lanzaron en su contra en lugar de utilizarlo para movilizar a sus fuerzas y confrontar en la votación al actual Gobierno?, la respuesta es fácil, primero porque sabían que no lograrían vencer en las urnas la aún fuerte popularidad de AMLO en muchos sectores de la población del país, y dos, porque la esencia misma de la derecha recalcitrante subyace en las formas monárquicas y antidemocráticas, incluso, si esta democracia es imperfecta e insuficiente como es la del sistema capitalista. El ejercicio de la revocación de mandato sirve para confirmar que debemos revocar todo el sistema y establecer un orden social sin explotados ni explotadores.