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Se publicó el sábado por la tarde/noche en un grupode Facebook de militares retirados de la Marina. Era una foto del Transporte de Guerra “California” escorado a estribor cerca de la costa y con mar en calma. El post decía: “Quedó varado al norte, cerca de Ensenada, BC, posteriormente en el Transporte Papaloapan B-04 nos tocó ir por personal y parte de lo que se pudo rescatar de él al puerto de Ensenada, el año si bien no recuerdo, 1972”.

Y empezaron a fluir los comentarios. Uno de ellos, que decía “Ahí acabó la carrera del comandante”, dio pie a un intercambio de mensajes en donde hasta quien era el timonel refirió que ese aciago día había mucha neblina y el radar del barco no funcionaba. Otro ubicó el sitio del encallamiento como el canal de “Salsipuedes”, y se comentó que el comandante, un capitán de fragata al que se refirieron como “el Tigre del Pacífico”, fue postergado de por vida.

Un participante comentó que “el castigo le había salido barato” al capitán, pues “el error conllevó a la pérdida de una unidad propiedad de la nación”, haciendo énfasis en que “El Califa” era el orgullo y buque insignia de la Armada y que navegaban a 22 nudos (millas por hora) cuando sucedió el incidente. Otro refirió que el “Tigre” fue su comandante en una Draga en Coatzacoalcos en 1970 y que “era una excelente persona”, pero agregó: “el caso es que él era el responsable de la unidad en ese momento”.

No hallé antecedentes de este hecho del que tuve conocimiento un año después cuando en 1973 inicié mi travesía en la Marina por el Pacífico y escuchaba acerca del “California” que permanecía varado.

Dos días después, el lunes por la noche, nos enterábamos de la tragedia ocurrida por el desplome de una trabe de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, con saldo de 25 muertos y casi un centenar de heridos.Al día siguiente, el deslinde de presuntos responsables de gobiernos anteriores y actuales, y la decisión de “llegar hasta las últimas consecuencias” garantía de que –palabra de políticos–eso no sucederá.

Puede haber un símil de negligencia y responsabilidad entre el encallamiento del buque y el percance del Metro: en el primero, un hombre conducía el navío y era directamente responsable del mismo y de su tripulación (no se perdieron vidas humanas), de ahí que fuera sancionado por el alto mando de la Armada; en el accidente del Metro, si bien no hubo intervención humana en forma directa, es el dominio público que se habían documentado, desde que la Línea entró en operación, varias fallas e irregularidades con trenes y la infraestructura, que no se atendieron y sobrevino el fatal percance.

La diferencia es que en un suceso se castigó la negligencia profesional, y en otro, la opinión generalizada es que acabará como varios otros hechos trágicos: ni se castiga al responsable ni se esclarece.

 Anexo “1”

El timonel del “California”

Sucedió entre las seis y ocho de la mañana, cuando el buque transporte “California”, con unos 150 de tripulación, se varó en la zona llamada “Salsipuedes” en el Pacífico mexicano. Su base era Acapulco y llevaba víveres, material y equipo para las zonas, sectores navales y unidades de Infantería de Marina en los puertos que tocaba en su itinerario.

Había zarpado de Manzanillo, donde repostó combustible y víveres, cuando ocurrió el percance cerca de Ensenada, su puerto de destino, en 1972. A casi medio siglo de este suceso, el timonel –entonces un marinero antiguo del buque, actualmente teniente de fragata en retiro radicado en Mazatlán– me dijo que no recuerda con precisión el día ni el mes; sólo que había neblina, el radar no funcionaba, el comandante ordenó todo avante… y sobrevino el encallamiento.

Por cierto, en Internet encontré que el caso de aquel comandante provocó en 1990 en la Cámara de Diputados una reforma ala fracción IV del artículo 89 constitucional, sobre los ascensos a capitanes de navío, que es una facultad del Mando Supremo (el Presidente), con aprobación del Senado.

La historia del “California” y su posterior rescate da para otros acaecimientos.

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