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La naturaleza es fascinante y nos sobresalta cuando podemos observarla de cerca. Le cuento que en casa tengo un camaleón, se encuentra en una gran jaula vertical en la sala de mi hogar, su majestuosidad impresiona a todos los que lo miran y, aunque todos lo observan con detenimiento, pocos saben verdades impresionantes de este reptil, de hecho, una pregunta que nunca falta es sobre sus cambios de color. ¿En realidad toma el color de su entorno? Y la respuesta es no, los camaleones cambian las tonalidades de su piel, pero no se mimetizan con el ambiente, si son verdes no pueden ponerse rojos, pero pueden pasar de un verde oscuro a uno brillante, ya que tienen la capacidad de adaptar su tonalidad según su estado de ánimo o el ambiente en que se encuentre, repito, se adapta, no se mimetizan.

El poder de adaptación no se encuentra en los camaleones únicamente, está presente en todas las especies y eso incluye a los seres humanos, quienes tenemos la posibilidad de adaptarnos a nuestro entorno de maneras impresionantes, pero volvamos a hablar del camaleón. Si este no se adapta a su entorno es muy seguro que muera por culpa de un depredador; ahora que lo pienso, pasa lo mismo con el humano.

La adaptación va mucho más allá que solo cambiar de color o de acostumbrarnos al medio ambiente, en realidad nos permite crecer junto con la sociedad, vivir en armonía con la naturaleza y con el periodo de tiempo.

Al día de hoy, la pandemia nos ha empujado a nuevas adaptaciones. El Covid y los otros humanos son los depredadores y, si como el camaleón no nos logramos adaptar, nos extinguiremos.

La adaptación no la vamos a encontrar en acostumbrarnos a la enfermedad ni en crear anticuerpos, ésta la hallaremos en aprender a vivir en una nueva era, una que implica un ligero distanciamiento social, el uso de cubrebocas como un nuevo utensilio de moda, como si fuera nuestra ropa, una prenda más.

Lo más complejo de la adaptación está en nuestra mente, pero también es el área del cuerpo dónde más hay que trabajar. Quienes viven el día de hoy como lo hacían en el pasado, saliendo a bares que parecen antros, a las plazas a pasear y tomar el helado, a hacer ejercicio sin cubrebocas, son los que se van a extinguir. Tenemos que adaptarnos a una nueva era, una dónde algunas actividades del pasado ¡quedaron en el pasado! Tenemos que crear nuevas costumbres, nuevos hábitos que nos lleven a crecer como humanidad y sociedad, así como tuvimos que adaptarnos a la Era de Piedra, de Bronce o a la Industrial. Está iniciando una nueva, la Era Postcovid y solamente los que tengan el poder de adaptación vencerán, los que quieran volver a la “vieja normalidad” ahí se quedarán. El nuevo modo de pensar, la mentalidad adaptativa es la más sana, la más duradera, la más fuerte y segura; la vida de antes no puede volver, no debe volver, estamos en el mejor momento para el cambio, para crecer, para ser mejores.

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