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En los años 70 apareció la marca patito, una copia del original, el modelo de mala calidad. Las medicinas no son para nada baratas, pero aparecen farmacias que te proponen medicamentos similares y genéricos diciendo que son lo mismo, situación que podría poner en peligro la vida del paciente, razón por la cual muchos médicos prefieren recomendar los medicamentos originales o innovadores.

Ciertamente hay muchos tipos de médicos, los que te darán una consulta para salir del apuro, los que te cobrarán 50 pesos y los que han estudiado los fármacos que te estarán recetando y que, conociendo el beneficio y eficacia de estos, los colocarán con su nombre original en la receta. Así que sí hay una gran diferencia entre los tipos de medicamentos, tanto que no es legal que en una farmacia te oferte el cambio del medicamento puesto en la receta por uno genérico, pero, como pocos lo saben no dicen nada.

Es importantísimo saber que quienes trabajan en el mostrador de la farmacia no son médicos, la mayoría no conoce el uso de los medicamentos, pero al igual que los médicos de varias farmacias, tienen la obligación de vender un número de piezas genéricas de la marca propia. Llamamos medicamento de patente, original o innovador a la medicina creada por un laboratorio de renombre, el cual tuvo que investigar, inventar y realizar ensayos sobre el medicamento y, quienes obtienen una patente de 20 años para poder comercializar dicha medicina.

Algunos originales manejan compuestos similares que los genéricos, pero el material con el que están hechos permiten una mejor absorción en el cuerpo, una acción más rápida o incluso más duradera, tal como ocurre con el paracetamol, un medicamento que en su versión original calma hasta el dolor por fractura, mientras que, su genérico, te obliga a tomar dos o más tabletas para llegar a un efecto parecido.

Un medicamento genérico es aquel que ha demostrado una biodisponibilidad muy parecida a la de su original y que cumple con estándares de calidad, varios de ellos son realizados por el mismo laboratorio que vende el original. Los medicamentos genéricos ya no tienen patente, usualmente son medicinas antiguas, muchas funcionan, otras ya no.

Por último, quedan los medicamentos similares, ojo, no quiere decir que sean los de cierta farmacia, sino que son medicinas que se parecen a la de otro laboratorio, pero que no cumplen con la calidad, certificaciones ni biodisponibilidad que las originales ni sus genéricos.

Hay maneras de detectarlos: suelen estar en descuento, traen “promociones” como decir que contienen más producto; no se presentan con su nombre genérico, sino que tiene un nombre que antecede a la sustancia, el cual en ocasiones se parece al nombre de su original o al de la farmacia que lo vende.

Seamos más claros, si los medicamentos originales no fueran mejor que los genéricos, ya no se vendería.

A mis pacientes les propongo comprar originales cuando la enfermedad lo amerita, entiendo también que la economía ha sido muy golpeada este año y hay momentos en donde sí aconsejo algún genérico, pero tomo la iniciativa de explicarle al paciente qué marca en específico comprar. ¡Cuidado! No caigamos con los médicos y con los medicamentos “patito”.

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