México, legado de nuestros héroes
El Poder de la pluma
Hace un par de semanas, mientras paseaba en el Complejo Cultural de Los Pinos, no pude evitar percatarme de la poca conciencia que tenemos los mexicanos de nuestra historia, de cómo destruimos aquellas cosas que marcaron un antes y un después en nuestra vida como nación, de cómo muchos lugares representativos en Los Pinos (y no, no hablo del clóset de las hijas de Peña) están cayendo a manos de niños y padres a los que les hace falta una buena clase de historia, de cómo un sinfín de lugares que han sido testigos del nacimiento de grandes historias, tratados y personajes, se encuentran en el total abandono.
Sin embargo, aunque me gustaría decir que todo aquello es culpa de esas familias, la realidad es que no es así. El mexicano nunca ha sabido apreciar su historia, simplemente porque el sistema educativo en el que estamos inmersos no lo permite ni menos lo propicia, porque prefieren llenarnos solamente la cabeza de asignaturas que no nos dan margen para resultados diferentes y así, no darnos la oportunidad de pensar quiénes somos y de dónde venimos.
Los alumnos reciben a la semana solamente unas pocas horas de Historia, horas en las que el maestro, de pie y con voz monótona, nos cuenta a muy grandes rasgos aquellas aventuras por las que pasaron los héroes de la independencia y la revolución, pero nadie nos cuenta las historias de los “villanos”, nadie nos hace el favor de contarnos cómo fuimos conquistados, los niños no saben que el Porfiriato no solamente fueron 31 años con un mismo presidente.
De alguna forma u otra todos hemos sido víctimas de aquello, pero pocos hacen algo para resolverlo, necesitamos maestros que no solamente den clase, sino que inspiren; necesitamos padres de familia que no se quejen del precio de un libro, sino que entiendan que, aunque aquellas páginas a simple vista parezcan solamente un puñado de tinta y papel, tienen el poder para hacernos entender qué somos, de dónde venimos y hacia dónde queremos llevar esto que llamamos México.