Las manecillas
El poder de la pluma
No perdamos nada de nuestro tiempo; quizá los hubo más bellos, pero este es el nuestro.- Jean-Paul Sartre
Más de una vez, al caminar por las calles, me gusta imaginar a todas las personas que pasaron por ese mismo lugar un día, un mes, un año o un siglo antes, personas que tal vez imaginaron lo mismo que yo y desearon, también, poder sentarse a conversar con aquel o aquella que pasó por ahí una tarde de abril que no le pertenecía al año que estaban viviendo, desearon poder viajar al pasado (o, ¿por qué no?, también al futuro) en espera de ver lo que no pudieron porque llegaron demasiado tarde, porque llegaron demasiado pronto o porque todavía no era tiempo.
Me gusta imaginar cómo eran las personas que vivieron mucho tiempo antes de mí, quizá por eso siempre he pensado que la literatura me permite conocer épocas que no pude y platicar con personas que nacieron demasiado pronto para poder contarme sus anécdotas frente a frente. Quizá por eso decidí dedicarme a los libros, y a escribir historias, porque al hacerlo me gusta pensar en aquellas personas que dentro de unos cuantos años estarán ansiosas por saber cómo fue la época que me tocó vivir, y no habrá nadie para contarlo, y solo podrán conocernos a través de las páginas y las historias que he decidido contar, sí, también a través de las pinturas y películas que otros han hecho, a través de los inventos que han creado, pero es en la literatura donde mejor lo conocerán.
Más de una vez me he puesto a pensar en cómo sería mi vida si hubiese nacido una década después, si hoy tuviera 11 años y todavía me faltaran unos cuantos años para poder saber lo que quiero, y a quiénes quiero. Cómo sería si hubiese nacido 30 años atrás y ya hubiese descubierto casi todo lo que se decidió y decidí para mí. Me gusta hacer suposiciones de lo que hubiera sido de mí, pero en casi todas me encuentro con la misma respuesta que trae consigo un dejo de melancolía porque no me gusta la idea de pensar que, de haber nacido antes o después, no conocería a las personas que hoy conozco y que ustedes no estarían leyendo esto que he escrito
Pero no fue así, soy Diana y nací hace casi 22 años, justo en el día y en el año que eran correctos, para conocer a la familia que debía tocarme, a los amigos que son correctos para mí y las personas que debía querer. Nací en el tiempo correcto para encontrarme con todos aquellos libros que han ido poco a poco cambiando mi forma de ver el mundo al que pertenezco, para leer todas aquellas letras que me han dado las respuestas que necesitaba, he nacido a tiempo para escuchar mi canción favorita y para conocer aquella película que he visto tantas veces que he perdido la cuenta, he nacido a tiempo para conocer todo aquello que me hace ser lo que soy.