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Para esta semana hubo dos estrenos en la plataforma de Netflix, uno de ellos fue el Stand de lo besos 2, una comedia adolescente de la que omitiré una crítica porque respeto a mis lectores, a quienes no me gustaría hacerles perder el tiempo; la segunda fue Ofrenda en la tormenta, que si bien no puedo calificarla como una película que merezca un premio de la academia, sin duda sí merece más atención que la primera que les mencioné (sí, ya entonces pueden imaginarse qué tan mala es el Stand de los besos).

Ofrenda en la tormenta es un filme español que nos ofrece la tercera y última parte de las adaptaciones de la trilogía de Baztán Dolores Redondo, es dirigido por Fernando González Molina, con un guión escrito por Luis Berdejo y cuenta con una duración de 138 minutos en los que nos cuentan una historia donde los niños de un pueblo empiezan a morir de formas extrañas y nadie tiene una explicación para esto.

Después de todos estos extraños sucesos, las cosas no paran y otros nuevos casos irán apareciendo en el pueblo, lo que causará la reanudación de la investigación de un caso bastante especial y complicado que llevará a cabo la inspectora Amaia Salazar (interpretada por Marta Etura, “El guardián invisible”), y que la llevará a descubrir el verdadero origen de todos los acontecimientos que han ido asolando el Valle del Baztán desde hace ya un tiempo. Mientras se enfrenta los orígenes de sus pesadillas, Amaia irá descubriendo los secretos más oscuros que se desarrollan en el lugar.

Lo primero que debo decir de esta película es que el director aprovecha la conexión de las sagas cinematográficas, y este filme está relacionado con la sucesora, por lo que es necesario ver las dos anteriores para llevarle el hilo sin perdernos en el intento. Debo reconocer que el director aprovecha los recursos a la mano, pues en esta tercera propuesta mantiene la tensión de su antecesora y sabe entremezclar la trama policial con los mitos y leyendas de la región. Además, no me puedo quejar de la dirección de González Molina, el fabuloso diseño de producción (digno de un blockbuster) y las interpretaciones de Marta Etura y Leonardo Sbaraglia.

La película es muy fiel a la historia que se nos presenta en el libro, lo que (a pesar de lo que piensen muchos lectores) a veces puede quitarnos un poco de emociones, que es justo lo que sucede en esta película, lo que podríamos considerar como un punto malo.

Tengan en cuenta que no es cine de arte, pero sí nos funciona para pasar un buen rato.

Calificación: tres estrellas.

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