Mare tuvimos un fin de semana bastante movido y complicado en temas políticos; la realidad es que se logró lo que se quería: dividir más a la sociedad por el tema de la política y los intereses partidarios o bien por el cariño y defensa de colores que todavía a mucha gente apasionan; lo cierto es que seguimos viviendo en una nación donde los cambios políticos simplemente no se ven reflejados en los bolsillos de los mexicanos y mucho menos en la seguridad que falta en las calles o peor la angustia de no saber el destino de los hijos cuando van a la escuela ni evitar el temor a una bala perdida en muchos lugares donde los índices de violencia cada día son más elevados.

Los resultados de las elecciones partidistas sin duda arrojaron cantidad de acusaciones, descalificativos, anomalías y un sistema electoral donde las mañas cada vez se van regenerando y actualizando, y las muy comunes como embarazo de urnas, cambios de ubicación de casillas, padrones rasurados, funcionarios que estuvieron en cualquier estado menos en el propio, propiciando que no se hallaran en su casilla cuidando los intereses del candidato correspondiente; sin duda, una elección en donde el logro fue afirmar la desconfianza que hay entre los militantes del PRI y que cada vez crean menos y que se sigan desquebrajando los cimientos y la división interna que debilita más a un agónico PRI, pero, aunque esté agónico, recuerden que en política 1+1 nunca da 2, y hay muertos que no hacen ruido pero también meten sustos.

En la escarpa de enfrente también hubo elecciones a la presidencia del Comité Municipal del PAN, teniendo como contendientes a Cecilia Patrón y Josué Camargo, dos políticos con perfiles muy diferentes: Josué, un político que ha trabajado desde abajo en el partido y con las bases, que ya fue diputado local, pero sin duda no es un político que tenga una gran exposición mediática, y siendo funcionario público renunció a su puesto para buscar ser presidente de tiempo completo; Cecilia tiene mucha exposición mediática, por ser hermana del primer gobernador del PAN, segundo por el lío en el que estuvo inmersa por la cuestión personal de su separación de Raúl Paz, quien se vio envuelto en un escándalo perdiendo con esto la candidatura a la alcaldía por su partido, y también por haber perdido la elección pasada con el candidato de Morena, que ni siquiera hizo campaña, quitándole fuerza que hoy quiere recobrar con la presidencia municipal del PAN, la cual logró ganar pero con solo 166 votos de diferencia sobre un contendiente que estaba muy por abajo en la exposición mediática; sin duda, esa elección tiene varias aristas, vamos a ver cuánto permea en la nueva presidenta el tema de trabajar de tiempo completo, y cuánto la militancia la presiona para eso. Lo que es una realidad es que, al ser presidenta municipal del PAN, es más difícil que pueda ser candidata a la alcaldía, porque el puesto al que llega tiene un desgaste natural, y Josué, perdiendo ganó, logró posicionarse y ser un activo para la próxima elección, no lo pierdan de vista.

Tras lo ocurrido queda algo muy claro: sin duda en cada elección con dinero... se ganan votos, masinó.