Miedo al costo político
El poder de la pluma
Pues ahora sí que sin novedad, seguimos en lo mismo y con los mismos; cada vez es más frecuente mirar por las calles letreros de se vende, se traspasa o se renta; suman ya muchos los lugares que hoy han tenido que bajar sus cortinas debido a la contingencia que ha pegado muchísimo en la salud médica y en la salud económica del país; lo que se anunció que tardaría una cuarentena, o sea mes y medio, hoy transita ya para el sexto mes, lo que significa para la economía detenerla medio año. No hay ahorros que sean suficientes y esto es aplicable para todos: empresarios y trabajadores formales e informales. Sin duda alguna muchos empresarios han hecho esfuerzos sobrehumanos para mantener a flote el barco de su empresa, pero los embates de olas tan altas como el recibo de luz, el pago de impuestos y la baja venta por la infinidad de restricciones están llevándolos a hundirse de manera inminente.
Uno se pregunta: ¿qué está haciendo bien el gobierno?, y me refiero al nacional y estatal, porque desgraciadamente anteponen la política a las soluciones. Nos hacen pensar que hay una gran deuda de favores hacia gente que sólo hace más daño; escuchar las corruptelas en la compra de tapabocas de 15 pesos y que en algunas entidades el IMSS las ha pagado a 200 pesos. ¿Quién se beneficia de esto? ¿No que se acabó la corrupción el 1 de diciembre de 2018? Y las constantes paradojas en las medidas de salud pública que implementan los gobiernos estatales y el federal. Regreso al mismo punto: anteponen la política a las soluciones.
Estoy totalmente de acuerdo en que ninguna medida se aplica buscando que falle o no funcione, al menos eso quiero creer. También es una realidad que muchas de ellas han salido a la luz de manera rauda porque fueron hechas exprofeso, pero eso no significa que siempre estarán en lo correcto. En dos cosas soy tajante, una, que a las personas que planean las estrategias les hace falta un baño de pueblo, porque no se ponen a pensar en el quehacer diario de quienes tienen que trabajar fuerte para poder llevar la comida a casa, y en que hay toda una paradoja en los horarios, porque no es coherente que un negocio pueda cerrar a las 10 p.m. y a esa hora salgan sus empleados y no puedan estar después de las 10:30 p.m. en la calle porque es una falta administrativa y conlleva una multa. No se ponen a pensar que no todos tienen coche para llegar a sus casas rápido, sino que tienen que tomar mínimo dos camiones, lo cual lleva más de una hora de recorrido y de encima los camiones dejan de funcionar antes para que también los choferes lleguen a sus casas, o sea todo está de cabeza. Dense cuenta y hagan análisis verdaderos de la movilidad de la gente trabajadora y actúen en coordinación con las cámaras, con los transportistas y busquen opciones en equilibrio y no sólo para devolver algún favor. Lo que sí es realidad es que difícilmente vas a escuchar a un político decir nos equivocamos pero tenemos otra alternativa, porque si hay algo a lo que temen es al costo político, masinó.