El grito de un país
El poder de la pluma
Sin duda un 15 de septiembre diferente y como pocos hubieran imaginado, con calles desiertas, hogares sumidos en la tristeza por su economía o por haber perdido a un ser querido a causa de la pandemia o de la inseguridad, un septiembre que vino a remarcar más las desgracias que hemos vivido en este mes de otros años, como terremotos y huracanes, pero nada comparado con lo que hoy se vive, donde vemos cosas que sólo hacen pensar: ¿hasta cuándo se acabará esta desfachatez política?, como el caso de Tekax que vive un momento difícil en su economía y que tiene un alcalde cuyo informe tuvo como título “Página blanca”, porque no dijo lo principal: las cantidades de dinero recibido de la Federación y el estado y a qué lo destinó, porque baches, escasez de medicamentos y otros problemas abundan en tan hermoso municipio del sur, y en vez de solucionarlos, para lo cual fue elegido, Diego Ávila da un informe vacío, y peor con supuesta aprobación de cuenta pública aunque el Cabildo no ha sesionado. A mi mente llega el recuerdo de cuando se pavoneaba el alcalde antes de la pandemia en la puesta de la primera piedra de la casa de campaña del PAN, ¿será que le sigue metiendo dinero en vez de gastarlo en las necesidades de la población, y no en sus necesidades políticas rumbo a una elección?, ¿amigo tekaxeño qué opinas?
Y hablando de opinión no entiendo cómo mucha gente puede seguir las ocurrencias de un presidente que dice constantemente que uno de sus principios es “no mentir”, y sí miente y de qué manera, porque no dejó de promocionar todos los días la famosa rifa del avión presidencial, cuando no estaba rifando el avión, porque lo que se entrega como premio es dinero en efectivo, y también no porque nadie haya comprado boletos, pero casualmente aparecieron no se cuantos millones de pesos de decomisos que se donaron para que los hospitales compren boletos de la rifa; hasta dónde llega el cinismo. ¿Acaso ese movimiento no debería de estar aprobado por el Congreso de la Unión?, ¿o es simplemente porque así lo quiso y punto, total es el primer mandatario? A eso le llamo “la soberbia de un presidente”. México no merece eso. Cuando se trata de sus caprichos pone toda la atención mediática en ello, pero si es de todos los actos de corrupción, de la inseguridad, la crisis y el dinero que recibió su hermano y vulgarmente llama aportaciones, y no corrupción de su propia familia, el presidente no dice NI PÍO.
Ya basta de tanta bajeza en contra de nuestra hermosa nación, espero que no tengamos que vivir otra revolución para dejar de ser pisoteados por los gobernantes en turno y tengamos ya jefes de Estado que lleven a este país por un rumbo de acciones y no de ocurrencias. Hoy la agenda política no la rigen la SALUD PÚBLICA y la ECONOMÍA, la rigen los manotazos y el jaloneo por la designación de los próximos candidatos a diputados locales y federales, y para los 106 alcaldes. Hoy los mexicanos gritamos ¡que se acabe la corrupción, que se acabe la impunidad, que se acaben las ocurrencias! Y que se pongan a trabajar por un país que fortalezca su cimientos a través de la cultura de la educación, la cultura de aspirar a más con base en el trabajo, y la cultura del respeto a este hermoso suelo que nos vio nacer, para poder gritar con ronco pecho: ¡Viva México! Masinó.