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Con la novedad de que hasta el momento de escribir este negociante, todavía no hay ganador de las elecciones de Estados Unidos, no sabemos quién dirigirá al país más poderoso del mundo; sin duda un proceso electoral muy complicado y con muchas sorpresas, por ejemplo que Biden superó a Obama con más votos a favor, está entre los 75 y 80 millones por 70 millones de aquél. Ésta ya es una votación histórica, salieron 160 millones de ciudadanos, un 65% del censo; la última vez que alcanzaron ese porcentaje fue en 1908 y en esa ocasión votaron 14 millones de personas, de un padrón menor y cuando no votaban las mujeres.

Biden está a punto de llegar a los 270 electores que necesita para ganar, es probable que cuando esté usted leyendo este negociante, ya haya llegado. Lo que llama la atención son dos cosas: una, la serenidad con la que Biden está tomando las cosas, sin hacer declaraciones atrabancadas, y dos, que el presidente Trump no ha dejado de señalar que hay fraude y anomalías y reflejar una gran desesperación al ver que se está yendo su reelección en el segundo período de 4 años.

Veremos qué pasa. Lo que es verdaderamente de risa es que se pase haciendo cuestionamientos propios de la oposición, pero está escupiendo para arriba, porque el sistema que está criticando y señalando como tramposo es dirigido por él mismo; él es el presidente de Estados Unidos y quien debería garantizar transparencia y democracia en los comicios. Cuando uno está desesperado abre la boca para decir tonterías.

Y hablando de abrir la boca para decir tonterías, es verdaderamente vergonzoso el nivel de la política en nuestro país. Yo estoy de acuerdo en que todos tienen derecho a superarse y no se debe hacer menos a nadie, pero, caray, pónganse a estudiar. En días recientes vimos un evento celebrado en Morelos, en el cual le da la bienvenida al presidente el gobernador Cuauhtémoc Blanco (me cae que como político es buen futbolista). Un niño de primaria lee mejor que él, además de no hablar fluido, lo hace con unas equivocaciones aberrantes y queriendo hacerse al chistoso. En serio quisiera escuchar a todos aquellos que criticaban a los anteriores presidentes, hoy su silencio denota que no eran críticas, sino grilla.

Luego un error similar, pero viniendo de la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, hablando de las tradiciones de los estados en el día de muertos dice que en Yucatán se celebra el Hanal Pixán, que es como un tamal; no puedo creer que el que le hizo el texto no investigue y que ella no lea antes lo que va a decir y, peor aún, que sea la SECRETARIA DE CULTURA. ¿A dónde vamos a parar? Por eso estamos como estamos en materia de cultura. Y si quiere ponerle la cereza al pastel, cuántas veces mucha gente se pasa años buscando una beca del gobierno federal, pues con la novedad de que a la esposa del presidente López Obrador le van a dar una de 15 mil pesos mensuales, NO TIENEN VERGÜENZA, aunque en mi pueblo le dicen de otra forma, masinó.

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