Rusia invade Ucrania, luego de hacerlo Estados Unidos

Edgar Rodríguez Cimé: Rusia invade Ucrania, luego de hacerlo Estados Unidos.

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Desde el rey Nabucodonosor, las guerras sirven para apropiarse territorios y riquezas de otros, o, ahora, para áreas de seguridad de los imperios. Lo nuevo en Ucrania: “los 39 laboratorios estadunidenses con experimentos pandémicos” y el silenciado -por medios de Occidente- “golpe de Estado norteamericano en esa nación en 2014”, adelantándose a la invasión de Rusia.

Cualquier internauta puede hoy teclear “intervenciones de Estados Unidos en Latinoamérica, África y Asia”, en su laptop para descubrir las “linduras”, por no decir barbaridades contra el ser humano, cometidas desde siempre, comenzando contra México y concluyendo con sus experimentos pandémicos en laboratorios no en su país, sino en una nación que forma parte de la franja de seguridad de la potencia militar de Rusia.

Uno de los mejores analistas en geopolítica es Alfredo Jalife Rahme. Él dio la noticia, basado en agencias de China, India y Rusia, de “los 39 biolabs enfocados a descubrir armas biológicas para utilizar contra el enemigo”. Días después, serían dos medios ingleses quienes “desenterrarían” el archivado caso de “los 39 biolabs”, tan mortíferos como el propio Covid-19.

Cuando se desintegra la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Ucrania, como país integrante de la URSS, se independiza, pero su potencial nuclear y geopolítico le sobre interesa a Rusia, por su vecindad, como “zona de seguridad”. De la misma forma que México forma parte de la franja de seguridad de Estados Unidos, que jamás permitiría que los rusos establecieran laboratorios con experimentos de enfermedades en nuestro país.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial contra el fascismo blanco “ario”, el acuerdo de paz de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) para Europa -donde se han masacrado y destruidos países en dos guerras- incluía que “las fuerzas militares de Occidente: Estados Unidos y Europa, no avanzaran hacia territorio de, entonces, la URSS, y hoy, Rusia”. La cual ha sido frecuentemente violado.

El colmo fue la “invasión silenciosa” de Occidente a Ucrania, en 2014. Lo cual fue silenciada por los medios de Occidente: norteamericanos y europeos, pero difundida en los continentes con presencia de medios euroasiáticos (India / Paquistán / Rusia) o asiáticos (China). Y, hasta ahora, se da a conocer en Europa y América. Pero, con toda su maquinaria de propaganda informativa (infodemia), Occidente ya ganó terreno: la gente ya sabe que “los malos son los rusos por invadir Ucrania”. Además, no es fácil creer a medios rusos y chinos, porque “huelen” a “socialismo”. Desde las humildes palanganeras del mercado, hasta el actor gringo Sean Penn, creen que los “malos invasores” son “los rusos”.

Dudo que los lectores comunes sepan que, en la guerra de los gringos contra México en 1846, ellos aprovecharon nuestra debilidad como país para dividirlo, quedándose con toda la parte del norte de México que, de la noche a la mañana, se convirtieron en parte sur de Estados Unidos: California, Arizona, Nuevo México, Texas.

Cuando eso, no existían ni las redes sociales ni las protestas.

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