Todos en la vida hemos tenido amigos que no hacen felices a los demás y que para los papás son una pesadilla, porque su comportamiento público no es el políticamente correcto.

Pero seguramente son las personas que nos hacen la vida feliz, porque sus travesuras se convierten en risas, o bien porque tienen ocurrencias que rayan en lo ridículo y así.

Sin embargo, hay muchos otros que nos hacen sentir orgullosos de lo que logramos o nos permiten compartir sus logros. Es esa felicidad prestada que también se disfruta porque has de alguna manera sido parte de su camino, de su esfuerzo, de su historia.

Esta semana fue el turno de David Salomón, distinguido con un reconocimiento que hace Intermoda a su trayectoria.
Y no es para menos.

Intermoda es la plataforma mexicana más importante en la industria de la moda que se relaciona con los sectores de calzado y vestido, entre muchos otros, y que se conoce por ser un sitio de intercambio para América Latina.

Pero si hablas con él, escucharás decir que todo esto es también un aplauso a su equipo, al trabajo que hay detrás, a lo que en conjunto logran hacer para demostrar que en México se pueden concebir cosas extraordinarias aun desde la selva, como le llama al sitio donde localiza su centro creativo, en esa tierra sanadora llamada Quintana Roo, pero que no olvida sus raíces en Yucatán y trabaja por mejorar la economía de las bordadoras yucatecas sin pedir nada a cambio, reuniendo el talento de otros que como él ven arte donde los demás solo vemos sonrisas.

¿Y por qué escribo de los galardones a los mexicanos? Porque los periódicos y las redes sociales están llenas de las desafortunadas historias de las personas muertas y heridas que querían conseguir cosas sin más esfuerzo, por hacer trabajos que les permiten ganar dinero a expensas de otros.

Porque hay nacionales en este y otros países que deciden gastar su tiempo en la critica a los otros, en usar sus palabras para destruir.

Entonces, insisto, en para qué necesitamos mil consejos de honestidad, dos mil agrupaciones de transparencia y cientos de grupos de vigilancia de todo tipo, si somos los de a pie quienes echamos abajo a nuestro planeta.

Siempre he dicho que prefiero colocar mi granito de arena todos los días para encontrar a los muchos mexicanos que sí quieren aportar más.

A los que nos regalan investigaciones extraordinarias para curar los males, nuevas herramientas para hacernos la vida menos complicada, grandes creaciones porque todos necesitamos arte, y así.

Yo por eso aprovecho que es lunes para felicitar a quienes con su talento nos demuestran que este es un camino que vale la pena recorrer. ¡Que sea feliz!