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Y finalmente llegó la fecha. Desde hace muchos meses se anunció que en septiembre Mérida se convertiría en la ciudad de la paz, a donde vendrían laureados premios Nobel y con un masivo concierto en la calle, sin perder de vista que en las mismas fechas otros eventos se celebrarán en la capital yucateca y llenarán nuestra ciudad cotidiana con visitantes de muchas partes de México y el mundo que tienen diferentes responsabilidades y aspiraciones, pero todas encaminadas a alcanzar un mundo mejor y eso me agrada.

Sin embargo, no podemos perder de vista que esas reuniones nacionales y mundiales harán más cargado el tráfico, ya que habrá calles cerradas, más vehículos y la concentración en las vías alternas será mayor.

Si somos una ciudad de paz debemos tener paciencia, tomar en cuenta que serán días de salir mucho antes hacia nuestras responsabilidades porque la prisa y el caos no se llevan bien.

La Cumbre Mundial por la Paz reúne a 30 personas que han ganado el máximo galardón que se entrega en este planeta a quienes dedican parte de su vida a promover acciones para devolver la tranquilidad a alguna zona del mundo; las historias son muchas y puedes buscarlas en Google si no conoces a líderes como Lech Valesa, Rigoberta Menchú, Shirin Ebadi o Juan Manuel Santos, algunos más contemporáneos que otros, pero todos igual de importantes.

A eso hay que añadir a los dirigentes mundiales que participarán en las mesas panel, las personalidades de la música, los representantes de cientos de organizaciones en el mundo que trabajan por la tranquilidad de todos y así.

Cada año, el 21 de septiembre, que será el próximo sábado, se celebra el Día Internacional de la Paz en el mundo, la campaña de este año se centra en la importancia de combatir el cambio climático que ocasiona amenazas para la seguridad. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, los desastres naturales desplazan tres veces más personas que los conflictos, obligando a miles de personas a dejar sus hogares y buscar la seguridad en otros lugares. La salinización del agua y los cultivos pone en peligro la tranquilidad alimentaria, y el impacto sobre la salud pública aumenta.

Para el secretario de las Naciones Unidas, António Guterres, hay cuatro medidas que los gobiernos deben seguir: cobrar impuestos a la contaminación, no a las personas; dejar de subvencionar los combustibles fósiles; dejar de construir nuevas centrales de carbón para 2020; concentrarnos en una economía verde, no en una economía gris, para poder llegar a los objetivos planteados y seguir vivos en 2050.

Seremos los anfitriones de este momento tan importante para el mundo y me parece que deberíamos demostrar con nuestras acciones por qué Mérida es sede de este tan importante evento. Así que seamos amables, pacientes y diligentes. Como diría Lela Oxkutzcaba: mare niño muestra tus dientes.

Hoy aprovecho que es lunes para felicitar a mi querido amigo David Salomón que esta semana cumple años, a quien le mando un enorme abrazo y mis mejores deseos de salud y buenaventura. ¡Que sea feliz!

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