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Comienza febrero con todas sus conmemoraciones, la Candelaria, el Día mundial contra el cáncer, el Aniversario de la Constitución mexicana, de la Fuerza Aérea nacional, el Día del amor y la amistad, el carnaval y así una infinidad de fechas que forman parte del día a día que en otros años tenían al menos una ceremonia en las escuelas, en hospitales o en cualquier otro sitio, pero que hoy deberán ser recordadas en la distancia porque la pandemia continúa.

La creatividad pone a mi madre en marcha para hacer tamales y repartirlos a todos sus quereres, ya que puede disfrutar la fecha aun sin tenerlos en casa, los cumpleaños no serán la excepción de estos días. Seguramente abundarán los ZOOMpleaños como una forma de estar en el mismo sitio y coincidir sin estar cerca.

Cada vez más cerca, escuchamos de personas de nuestra familia, círculo laboral, amigos queridos y demás que se contagian más de una vez. Unos que afortunadamente logran superar el virus, mientras que otros, debido a las complicaciones, pasan a mejor vida dejando tristeza a su alrededor.

Por eso prefiero hablar de la salud, no soy médico ni pretendo dar consejos de ningún tipo, sólo es que a raíz de todos estos episodios comencé una alimentación más responsable, con más alimentos sanos y menos chatarra, con un poco más de movimiento de los músculos y menos consulta del celular, con un propósito de dormir más horas y ver menos series de televisión.

Además estoy considerando comprarme una bicicleta o un scooter para transitar por Mérida que a cada paso se vuelve más complicada para los automotores particulares y debo entrenar para ello. Ya les contaré.

Que conste que no es una apuesta, es sólo un objetivo frente al 2030 cada vez más cerca.

Dormir bien no es un asunto que se deba tomar a la ligera, descansar el cuerpo y la mente es parte de tener una vida saludable. Estoy en el proceso de crear mejores hábitos siguiendo algunos de los miles de consejos para dejar el celular a la hora de despertar, comer y sobre todo antes de dormir. Una propuesta difícil para una obrera de la palabra que debe estar en comunicación todo el tiempo.

Ahora estoy disfrutando la lectura de textos impresos cortos para que si me enamoro demasiado de las letras no me quede la ansiedad por correr a un espacio de paz a leer un poco más.

Para muchos leer es un hábito tan natural, sin embargo a otros nos puede costar un poco más de trabajo dejar a la mitad la historia.

Creo que lo más importante es todos los días hacer una actividad que nos guste, por más simple que sea, porque eso deja paz. Conversar con otros, escuchar música no importa el género, armar algún rompecabezas, comenzar una nueva colección, tener plantas, regar, bordar, rezar, dibujar, hasta sentarte a ver pasar el tiempo. Hay que disfrutar.

Yo hoy aprovecho que es lunes de febrero para felicitar a mi espejo favorito Ligia de Pau que tiene la fortuna de cumplir años. ¡Que sea feliz!

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