|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Sé que muchos votantes que cruzaron en su boleta el nombre de AMLO no votaron por él, sino que lo hicieron por el cambio. Pero ahora los que votaron de esta manera y los que no sufragaron por él están desarrollando una conducta AMLO fóbica que me preocupa, pues no les importa apoyarse en hechos no comprobados y ni siquiera publicitados por sus opositores para expresarse en contra de él con una pasión que realmente no puedo explicarme.

Lo acusan de sacar del país a personas y de enriquecimiento ilícito, a más de tener gran amistad con Maduro e invitarlo a la toma de posesión como si se tratara de su cumpleaños, sin tomar en cuenta que estas cosas se hacen a través de canales y protocolos diplomáticos.

Pienso que estas conductas tan apasionadas en contra del presidente no solamente desestiman la opinión de las mayorías, sino que también pueden prenderle la mecha a un loco fanático que haga daño al mandatario.

Tanto los que votaron por él como los que no lo hicieron tienen que unirse, poniendo la intención y sus mejores acciones en apoyo a las iniciativas de un hombre que además tiene la humildad de reconocer sus equivocaciones, cosa inédita y que, lejos de generar admiración, la juzgan como una falta imperdonable. No sé a qué se refieren realmente, si a la equivocación o a que la haya reconocido.

Les sorprende que sea un personaje populista, pero pierden de vista que siempre lo ha sido y en eso radica su popularidad; no es un hombre que deja su estatus de elite, para bajarse a engañar, es un hombre que teme elevarse y perder el piso, por eso insiste en que no lo alejen del contacto con el pueblo, aunque esto ponga en riesgo su integridad física, porque estoy seguro que prefiere exponer su vida antes que envolverse en el boato y la fantasía del poder, narcosis muy natural cuando el círculo de adoradores aísla al gobernante.

No se requieren partidos de oposición ni contrapesos cuando la voluntad de las mayorías se ha manifestado. ¿O acaso esos que se sienten los héroes de la oposición y el contrapeso no fueron los mismos que nos hundieron?

Despertemos y unámonos al esfuerzo de este hombre que a veces tiene que luchar hasta contra el fuego amigo, pero que lo disfruta y aplaude porque sabe que en esto se finca la democracia, empezando por la cabeza, y HOY ÉL ES LA CABEZA.

Lo más leído

skeleton





skeleton