|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Mucho hemos escrito en esta columna sobre los árboles que engalanan la ciudad, pero no será suficiente, sobre todo cuando vemos la admiración y respeto con que se dedican a reconocerlos y publicar catálogos que señalan los más hermosos y por ello emblemáticos de Mérida. Para mí el más destacado de estos autores es el señor Carlos Roberto Barrera Jure, quien ha editado un verdadero homenaje a los árboles de la capital yucateca con su importante obra GUARDIANES DEL TIEMPO.

Son 200 fotografías que nos emocionan por la belleza, colorido y volumen de estos verdaderos monumentos a la nobleza histórica de nuestra ciudad. Motivo de orgullo para muchosmeridanos y en general para los yucatecos que hemos conservado estos tesoros, o quizá debo decir que no hemos tenido la energía suficiente para acabar con ellos, como lo hemos hecho con otros.

No se trata de sembrar árboles pretextando campañas de reforestación con matices educacionales. Éstas serían más fructíferas si las hicieran con orientación al cuidado de lo que ya tenemos y que a duras penas logra sobrevivir a nuestra embestida de mal entendido modernismo privilegiando los intereses comerciales de unos pocos sobre los de toda una ciudad de la que estamos orgullosos por su historia y su belleza en un amplio abanico de expresiones, estando dentro de ellas nuestros árboles, que, como menciona el señor Barrera Jure, son testigos de la historia. En sus ramas han cobijado seguramente incontables nidos y también sostenido los cuerpos colgantes de facinerosos que pretendieron romper la paz que sigue siendo distintivo de esta ciudad. Guardianes que no son mudos, pues sus rítmicos movimientos hablan de refrescante sombra que nos cobija en días calurosos.

Sería muy aceptada una campaña que promueva la adopción por empresas de estos monumentos para identificarlos por nombre y edad, responsabilizándose de su salud, no importando que filtren su publicidad poniendo su logotipo en algún discreto lugar de la placa informativa. Si esta nota es tomada en cuenta por las autoridades del ramo, me ofrezco a colabor en beneficio de loque tanto hablamos pero muy poco hacemos… nuestros ÁRBOLES.

ENTRE OTRAS COSAS. Comentaba con mi admirado amigo Roldán Peniche Barrera, autor de más de 50 libros y cientos de publicaciones, quizá miles en revistas y periódicos, sobre el interés que se tiene fuera de nuestro estado y comprobadamente en la ciudad capital, México, respecto a la calidad literaria de nuestr@s autor@s y la necesidad de una oficina en la REPRESENTACIÓN DEL ESTADO DE YUCATÁN. Lo que solicitan las librerías para incluir las obras en sus catálogos es un interlocutor que responda a sus políticas, esto es: contar con código de barras, almacén que pueda resurtir prontamente sus pedidos y facturar sus compras. Muchos autor@s que cuentan con el recurso lo han hecho de forma independiente. No puedo evaluar lo que represente este esfuerzo, pero sí puedo decir, porque hice el ejercicio de investigar el mercado, que el éxito que se tendría es seguro.

Lo más leído

skeleton





skeleton