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Como en los dichos que consigna mi amigo el brillante escritor Roldán Peniche, “lo digo a Juan para que lo oiga Pedro”, así suenan las reuniones e institutos establecidos para frenar el maltrato a la mujer, cosa razonable; pero más que empoderar a la mujer, que también me parece justo, debe dirigirse la información al hombre y concientizarlo respecto al respeto a ella.

No encuentro evidencia estadística del hecho de que a una mujer la maten solo por ser mujer, siempre existen otros motivos que de ninguna manera lo justifican. Es notorio el impulso que se está dando a confrontar a la mujer con el hombre, en vez de conciliar las relaciones. Es innegable la capacidad de la mujer para desarrollar trabajos que por tradición realiza un hombre, como también la capacidad del hombre para desarrollar trabajos que tradicionalmente han sido hechos por la mujer, pero eso no debe ser un conflicto.

En el aspecto laboral, las empresas preferían contratar a hombres que a mujeres en actividades compatibles para ambos, previendo el ausentismo, argumentando que el hombre falta al trabajo cuando se enferma, y la mujer falta cuando se enferma ella o cualquier otro miembro de la familia. Pero también las estadísticas señalan que para puestos de confianza en el manejo de dinero es más confiable la mujer que el hombre.

La estadística revela más suicidios de hombre por conflictos con la mujer, que suicidios de mujer por conflictos con el hombre. Creo que somos maravillosamente diferentes y cada uno tiene un importante lugar en la sociedad. No me parecen esas secretarías para defender a la mujer (no sé de quién porque el hombre no es su enemigo), aunque sí se ha abusado en muchos casos de la mujer con respecto a la relación de pareja, pero es al hombre a quien se debe reeducar para combatir ese trato injusto y abusivo, no empoderar a la mujer para que se enfrente al hombre. Pienso que esas acciones responden a intereses políticos y de cierto sector social con problemas de identidad. He platicado con muchas mujeres y la mayoría solo sonríe cuando les pregunto si creen que la mujer debe defenderse del hombre.

Se han invertido muchos recursos y exaltado el feminicidio como un problema social que debe combatirse en lugar de evitarse. El combatir crea polaridad y necesidad de fortalecerse a cada lado y eso no pienso que sea lo correcto para unir a una sociedad fracturada por los problemas políticos y económicos. Sé que es un tema delicado, que muchos colegas tratan de eludir, no obstante estar de acuerdo conmigo. Campañas de acercamiento no de confrontación son lo que se requiere para mejorar el tejido social.

ENTRE OTRAS COSAS y o para continuar el tema, no me explico por qué insisten en plantar árboles y no en cuidar los que ya existen. ¿Será que eso no deja oportunidad de negocio? Les aseguro que, hasta como negocio, sería más productivo, solo que hay que pensar y eso es lo que no saben, no pueden o no quieren hacer.

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