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Es incomprensible que el ser humano, en la abundancia, se confronte, cuando en la desgracia se une. Desprendernos de lo que no necesitamos es una forma de no llegar a los excesos de abundancia. Cuidar y agradecer lo que se tiene es no llegar a la desgracia. No es ninguna novedad, lo hasta hoy imposible es lograr que estos momentos coincidan.

Se comienza como todo en el universo mismo, sin nada, y cuando se tiene lo necesario se disfruta y agradece, pero, cuando se tiene algo más de lo necesario, comienzan los problemas. Con más fuerza que el agradecimiento por tener, llega el miedo a perderlo y ese miedo o temor surge porque nos damos cuenta de que por muchas razones, justas o injustas, otros tienen menos de lo que nosotros tenemos, y sabemos que, en situaciones extremas, unas personas arrebatan a otras lo que desean y carecen de ello.

La situación es irreconciliable.

El que tiene no da concesiones y el que no teniendo logra algo inmediatamente asume la misma actitud y tampoco da concesiones.

Esta insensibilidad entre los seres humanos se hace más patente y elevada a la N potencia en la relación con la naturaleza. No obstante que ella se defiende y nos da pruebas de su superioridad aniquiladora, permanecemos sordos y ciegos, ensimismados en nuestro interés personal, pretendiendo que se adopten medidas de cuidado de los recursos naturales, pero invariablemente trayendo agua a nuestro molino.

Siempre perseguimos algún beneficio personal, material o social y, si llega sin buscarlo abiertamente, nos instalamos en él y vemos las cosas de otra manera, enfocándonos a buscar lucro, escudados en asociaciones filantrópicas o banderas de asistencia social que se mezclan y confunden al grado de olvidar inconscientemente los objetivos iniciales.

Qué triste, pero en esta cultura nacimos y nacieron nuestros hijos y nuestros nietos. El proceso de cambio tomará varias generaciones, por lo menos dos o tres, si nuestros nietos se ponen las pilas y comprenden el asunto.

ENTRE OTRAS COSAS, no todo está perdido. Asistí como invitado a la entrega de diplomas del curso SEGURIDAD VIAL Y MANEJO DEFENSIVO a los operadores de grúas y carrostanque de gas LP de la empresa Abimerhi. Rebasando la empresa sus obligaciones reglamentarias, los operadores son estimulados para realizar su trabajo con apego a los reglamentos y notoriamente han logrado tal ambiente de camaradería que resulta muy agradable notar la igualdad de trato entre dueños, jefes y empleados generales. Felicidades, si este ejemplo lo siguieran otras empresas, seguramente Yucatán estaría aún más seguro y con menos accidentes vehiculares y me atrevo a decir que hasta con menos suicidios, pues a las personas se les trata en ese negocio con el trato que merecen ser tratadas.

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