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El lema ambientalista de los ochentas respecto a la basura, REDUCIR, REUSAR Y RECICLAR, sigue vigente e incomprendido. No se requieren campañas ni grandes titulares para anunciar programas a futuro, se requiere la acción inmediata. Si les dijeran a los usuarios que separen solo seco y húmedo se evitarían trámites, esto lo entiende cualquier persona: SECO Y HÚMEDO.

Lo húmedo siempre genera mayor tonelaje y malos olores, por lo que deben recogerlo con más frecuencia (la que sus programas contemplen) y lo seco, que no genera malos olores en su almacenaje, puede recogerse en plazos más largos.

No estigmaticemos el plástico, usémoslo racionalmente. Las bolsas del súper bien pueden usarse para contener los desechos húmedos; las que sobren, al bote de los desechos secos.

REDUCIR Y REUSAR son prácticas que requieren campañas de penetración profunda en la ciudadanía, y deben implementarse con ayuda de las escuelas y las empresas con certificación de “AMBIENTALMENTE RESPONSABLE” y ahí sí es donde debemos ver las acciones a corto plazo, con resultados medibles.

RECICLAR es un nicho de negocios hasta hoy incomprendido por nuestras mismas autoridades, que deben facilitar trámites a quienes se dediquen al acopio y proceso del reciclaje y darles estímulos fiscales.

El gobierno debe favorecerlos, consumiendo productos obtenidos del reciclado, que en mucha ocasiones es más caro que el producto elaborado con materia prima virgen.

Aquí es donde entra la cultura ambiental, porque al consumirlos estamos reduciendo la utilización de recursos naturales en muchos casos no renovables en primer lugar y, en segundo, tan importantes como el primero.

Las materias primas recuperadas no irán a contaminar nuestros suelos de manera directa como sucede cuando no se reciclan.

Cuando pagamos un precio mayor por un producto elaborado con material recuperado y reciclado estamos abonando a la vida de nuestro planeta para las generaciones futuras. VALE LA PENA.

Calculo que Mérida genera más de mil toneladas diarias de basura, de las cuales un 65% deben ser desechos húmedos (orgánicos) y el 35% restante corresponde a desechos secos (inorgánicos) que deben ir directamente a las plantas de reciclaje.

Un buen estudio de caracterización de la basura, que podría ser el método de cuarteo, les dará la información para elaborar un plan de retiro de desechos y disposición final como un traje a la medida.

Otra cosa que me parece equivocada en nuestros procedimientos es que los camiones recolectores tengan que recorrer grandes distancias para depositar sus cargas, cuando podrían tenerse 6 estaciones de transferencia, que en cajas cerradas transporten los desechos a la disposición final durante la noche y sin escurrimientos.

Felicito a la directora de Desarrollo Sustentable Municipal, Eugenia Correa Arce; en mis años manejando desechos, los mejores elementos que conocí eran mujeres, entienden mejor la mística apasionante del manejo de residuos sólidos.

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